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Habacuc 2:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 »¡Pobre de ti, que edificas ciudades y pueblos con dinero obtenido por medio del asesinato y el robo y que la única ley que tienes es la de la violencia!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 »¡Qué aflicción te espera a ti que construyes ciudades con el dinero adquirido mediante el crimen y la corrupción!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 ¡Ay del que construye una ciudad a base de sangre y funda un pueblo con medios injustos!

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¡Ay del que edifica la ciudad sobre la sangre, y establece una ciudad sobre la iniquidad!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 ¡Ay de quien construye una villa con sangre, de quien fundamenta una ciudad con crímenes!

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Habacuc 2:12
12 Referans Kwoze  

Fue durante su reinado que Jiel, un hombre de Betel reedificó la ciudad de Jericó. Cuando puso los cimientos, murió su hijo mayor Abirán; y cuando la completó y colocó las puertas, murió su hijo menor Segub. Así se cumplió la maldición que el Señor había lanzado sobre Jericó, por medio de Josué hijo de Nun.


»”¡Ay de Jerusalén, Ciudad de Homicidas, apilaré la leña debajo de ella!


que llenan a Jerusalén, que es la ciudad del monte Sion, de crímenes y actos injustos.


¡Qué pesar por Nínive, esa ciudad sanguinaria, llena de mentiras y de robos, que como fiera salvaje siempre andaba tras sus presas!


Viene el día en que todos sus cautivos se burlarán de ellos, diciendo: “¡Ladrones! ¡Pobre Babilonia, ya no podrá seguir haciéndose rica con los bienes ajenos! ¡Por fin dejarás de robar y de acumular tantas riquezas!”.


Ese Dios es precisamente el que nos mantiene firmes en Cristo, a ustedes y a nosotros. Él nos eligió


Entonces Josué lanzó una terrible maldición sobre cualquiera que reedificara la ciudad de Jericó. Advirtió que cuando fueran puestos los cimientos, el hijo mayor del constructor moriría, y cuando fueran colocadas las puertas moriría el hijo menor.


No tardé en comprender que estaba ebria con la sangre de los santos mártires de Jesús. La miré horrorizado.


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