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Génesis 31:55 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

55 Labán se levantó temprano la mañana siguiente, besó a sus hijas y a sus nietos, los bendijo, y regresó a su tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

55 Y se levantó Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y regresó y se volvió a su lugar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

55 Labán se levantó temprano a la mañana siguiente, besó a sus nietos y a sus hijas, y los bendijo. Después se marchó y regresó a su casa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

55 Por la mañana madrugó Labán, y besó a sus hijos° y a sus hijas, y los bendijo; luego se puso en camino, y regresó Labán a su lugar.

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Génesis 31:55
18 Referans Kwoze  

Cuando el Señor terminó de conversar con Abraham, continuó el viaje hacia Sodoma; y Abraham regresó a su carpa.


y la despidieron con esta bendición: «Hermana nuestra: ¡que seas madre de millones de hijos! ¡Que tu descendencia conquiste las ciudades de sus enemigos!».


Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó: ―No te cases con ninguna mujer de aquí de Canaán.


Poco después de que José nació, Jacob le dijo a Labán:


¿Por qué no dejaste que besara a mis nietos para despedirme de ellos? Tu manera de actuar ha sido muy extraña.


Labán contestó: ―Estas mujeres son mis hijas, y estos niños son mis nietos. También las ovejas y todo lo que ves me pertenece. ¿Cómo crees que yo quiera ahora hacerles daño a mis hijas y a mis nietos?


Esaú, al verlo, corrió a su encuentro, lo abrazó afectuosamente y lo besó; y ambos se pusieron a llorar.


Todo el pueblo cruzó el río Jordán con el rey; y después que David besó y dio su bendición a Barzilay, este regresó a su casa.


La enemistad de los hombres sólo hace que tu gloria se note más; porque tú la usas como espada de juicio.


Cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos los reconcilia.


―¿Qué me has hecho? —preguntó el rey Balac—. ¡Yo te dije que maldijeras a mis enemigos, pero tú los has bendecido!


Entonces el Señor le dio a Balán un mensaje para el rey Balac.


»Pero, ¿cómo puedo yo maldecir lo que Dios no ha maldecido? ¿Cómo puedo yo amenazar a un pueblo que Dios no ha amenazado?


Entonces Balán y Balac regresaron cada uno a su lugar.


Pero el Señor tu Dios no oyó a Balán, sino que convirtió en bendición la maldición concebida contra ti porque el Señor tu Dios te ama.


»Porque el Señor verá que su pueblo tenga justicia y tendrá compasión de ellos cuando se desvíen. Verá cuando su fuerza se agote, tanto en el esclavo como en el libre,


Nuevamente se pusieron a llorar, y Orfa besó a su suegra para despedirse, y regresó a su pueblo natal. Sin embargo, Rut siguió junto a Noemí.


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