Dios el Señor formó, del polvo de la tierra, todos los animales del campo y todas las aves del cielo. Luego se los llevó al hombre para que este les pusiera nombre. Así que el hombre les puso a todos los animales el nombre con que se conocen en la actualidad. Pero entre todos esos animales no se encontró ninguno que le sirviera al hombre de pareja adecuada.
Todos deben respetar el matrimonio y ser fieles en sus relaciones matrimoniales, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.