Salomón implantó el trabajo obligatorio para los que sobrevivieron de las naciones conquistadas: los amorreos, los hititas, los ferezeos, los heveos y los jebuseos. Como el pueblo de Israel no había podido expulsarlos por completo en el tiempo que invadieron la tierra y la conquistaron, ellos continuaron viviendo allí como esclavos hasta este día.
Los primeros en regresar y establecer otra vez su hogar en los pueblos en que antes vivían, fueron familias de las tribus de Israel, como también los sacerdotes, los levitas, y los ayudantes del templo.
Otros regresaron a Jerusalén, por este mismo tiempo, procedentes de las ciudades persas de Tel Melaj, Tel Jarsá, Querub, Adón e Imer. Sin embargo, ellos habían perdido su registro genealógico y no pudieron probar que eran israelitas.
Con Esdras regresaron muchos israelitas, entre los cuales había sacerdotes, levitas, cantores, porteros, y sirvientes del templo. Salieron de Babilonia el día primero del mes primero del séptimo año del reinado de Artajerjes, y llegaron a Jerusalén, sin ningún contratiempo, el día primero del mes quinto del mismo año, porque Esdras contaba con la bondadosa ayuda del Señor.
Luego compré esclavos y esclavas, y otros nacieron en mis propiedades. Crie grandes manadas y rebaños, más que cualquiera de los reyes que me precedieron. Recaudé plata y oro como tributo de muchos reyes y provincias. En el aspecto cultural, organicé coros y orquestas de hombres y mujeres. Y además tuve muchas y hermosas concubinas.
Ahora caerá una maldición sobre ustedes. Desde este momento deben proporcionarnos esclavos que corten la leña y acarreen el agua para el servicio de nuestro Dios.
pero hizo que fueran leñadores y aguadores para el pueblo de Israel y para el altar del Señor dondequiera que fuera construido (porque el Señor aún no les había dado órdenes de edificarlo). Esto está todavía en vigor en el momento en que esto se escribe.