2 Eliseo le dijo: '¿Qué puedo hacer por ti? Dime ¿qué tienes en tu casa?' Respondió: 'Tu sirvienta no tiene nada en tu casa, excepto un cantarito de aceite'.
2 Eliseo le dijo: '¿Qué puedo hacer por ti? Dime: ¿qué tienes en casa?'. Respondió ella: 'Tu sierva no tiene en casa otra cosa sino una alcuza de aceite'.
Pero ella le respondió: ―La verdad es que no tengo ni un solo pedazo de pan. Lo único que me queda es un puñado de harina y un poco de aceite. Estaba juntando algunas ramas para hacer fuego, para preparar mi última comida, para que luego mi hijo y yo nos muramos de hambre. Esto es tan cierto como que el Señor tu Dios vive.
Cuando llegaron a la otra orilla, Elías le dijo a Eliseo: ―¿Qué deseas que te conceda antes de ser llevado arriba? Y Eliseo le respondió: ―Concédeme el doble del poder profético que tú has tenido.
Tenemos el corazón adolorido, pero a la vez no nos falta el gozo. Parecemos pobres, pero enriquecemos a muchos; no tenemos nada, y, sin embargo, somos dueños de todo.
Escuchen, hermanos queridos: Dios ha escogido a los que son pobres según el mundo, para que sean ricos en fe y reciban como herencia el reino que él prometió a quienes lo aman.