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2 Reyes 25:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 Luego dirigió a las fuerzas babilónicas en la destrucción de las murallas de Jerusalén.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros alrededor de Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Después supervisó a todo el ejército babilónico mientras derribaba por completo las murallas de Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Las tropas caldeas que acompañaban al jefe de los guardias demolieron la muralla que rodeaba a Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros alrededor de Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Todas las tropas caldeas que estaban con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban Jerusalén.

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2 Reyes 25:10
9 Referans Kwoze  

El rey Amasías fue capturado, y Joás marchó sobre Jerusalén y derribó sus murallas, desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la Esquina, como unos ciento ochenta metros.


―Pues te diremos que las cosas no andan muy bien —contestaron—. Los que regresaron del destierro sufren grandes males y humillaciones. Los muros de Jerusalén aún están medio derribados y las puertas están quemadas.


Que nuestros bueyes lleven cargas pesadas; Que no haya grietas en los muros, ni tengamos que huir, Que no haya gritos de angustia en nuestras calles.


¡Oh Dios, tu tierra ha sido conquistada por naciones paganas! Tu templo está profanado y Jerusalén es un montón de ruinas.


Mientras tanto el ejército incendió a Jerusalén, inclusive el palacio, y derribó las murallas de la ciudad.


Ataquen la ciudad y causen mucho daño, pero no la destruyan del todo. Desciende a los viñedos y destrúyelos, pero deja con vida unos cuantos esparcidos. Arranca los sarmientos de cada vid, pues no son del Señor.


En el decimosegundo año de nuestro exilio, a fines de diciembre, uno de aquellos que escapó de Jerusalén llegó para decirme: «¡La ciudad ha sido conquistada!».


Comerán de lo que haya en tu casa hasta que se hayan agotado el ganado y las cosechas. Desaparecerá el grano, el vino nuevo, los cabritos y los corderos.


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