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1 Crónicas 25:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 Los cantores eran nombrados para su turno particular de servicios mediante sorteo, sin considerar la edad o reputación.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Los músicos se designaban para los turnos de servicio mediante el sorteo sagrado sin tomar en cuenta si eran jóvenes o ancianos, maestros o discípulos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Echaron a suertes el turno del servicio de todos, tanto del pequeño como del grande, del maestro como del discípulo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Echaron a suertes el turno que debían seguir en el servicio, tanto el pequeño como el grande, el maestro como el discípulo.

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1 Crónicas 25:8
13 Referans Kwoze  

El director de los cánticos era Quenanías, jefe de los levitas, que fue elegido por su destreza.


Tal como en el caso de los descendientes de Aarón, los nombramientos para ocupar sus cargos se hacían por sorteo, sin distinción de edad o rango, y todo esto se hizo en presencia del rey David, de Sadoc, de Ajimélec, y de los jefes de las familias sacerdotales, y de los levitas.


Todas las tareas fueron asignadas a los diferentes grupos por sorteo, para que no hubiera preferencia, por cuanto había muchos hombres importantes y altos oficiales del templo de Dios en cada división.


Bajo la dirección de Asaf, profeta privado del rey, estaban sus hijos Zacur, José, Netanías y Asarela.


El primer sorteo indicó a José, del clan de Asaf; el segundo, a Guedalías junto con doce de sus hijos y hermanos; el tercero, a Zacur, y doce de sus hijos y hermanos; el cuarto, a Izri, y doce de sus hijos y hermanos; el quinto, a Netanías, y doce de sus hijos y hermanos; el sexto, a Buquías, y doce de sus hijos y hermanos; el séptimo, a Jesarela, y doce de sus hijos y hermanos; el octavo, a Isaías, y doce de sus hijos y hermanos; el noveno, a Matanías, y doce de sus hijos y hermanos; el décimo, a Simí, y doce de sus hijos y hermanos; el undécimo, a Azarel, y doce de sus hijos y hermanos; el duodécimo, a Jasabías, y doce de sus hijos y hermanos; el decimotercero, a Subael, y doce de sus hijos y hermanos; el decimocuarto, a Matatías, y doce de sus hijos y hermanos; el decimoquinto, a Jeremot, y doce de sus hijos y hermanos; el decimosexto, a Jananías, y doce de sus hijos y hermanos; el decimoseptimo, a Josbecasa, y doce de sus hijos y hermanos; el decimoctavo, a Jananí, y doce de sus hijos y hermanos; el decimonoveno, a Malotí, y doce de sus hijos y hermanos: el vigésimo, a Eliatá, y doce de sus hijos y hermanos; el vigesimoprimero, a Hotir, y doce de sus hijos y hermanos; el vigesimosegundo, a Guidalti, y doce de sus hijos y hermanos; el vigesimotercero, a Mahaziot, y doce de sus hijos y hermanos; el vigesimocuarto, a Romanti Ezer, y doce de sus hijos y hermanos.


Se les asignó los deberes de guardas en las diversas puertas, sin considerar la reputación de sus familias, ni sus edades, por cuanto el nombramiento se hacía por sorteo.


y la de la puerta del oeste y de la puerta de Saléquet, en el camino de la parte alta, recayó en Supín y Josá.


Allí estaba el rey junto a la columna de la entrada, y los oficiales del ejército, los trompetistas, y el pueblo en pleno lo rodeaban. Regocijados, hacían sonar las trompetas, mientras el coro, acompañado por la orquesta, dirigía al pueblo en un gran salmo de alabanza. Atalía rasgó sus vestidos y gritó: «¡Traición, traición!».


Estos son los nombres de los jefes de los levitas: Jasabías, Serebías y Jesúa hijo de Cadmiel. Los hombres de su mismo clan los ayudaban durante las ceremonias de alabanza y acción de gracias, de acuerdo con el mandato dado por David, varón de Dios.


Se puede echar suertes, pero el Señor es quien decide el resultado.


y echará suertes para determinar cuál será el del Señor y cuál será dejado libre.


Y a continuación echaron suertes y la suerte cayó sobre Matías. Desde entonces, Matías se sumó a los once apóstoles.


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