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1 Corintios 15:55 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

55 «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde está, oh sepulcro, tu victoria?».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

55 Oh muerte, ¿dónde está tu victoria? Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?

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La Biblia Textual 3a Edicion

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?° ¿Dónde, oh muerte,° tu aguijón?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh muerte, tu aguijón?

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1 Corintios 15:55
16 Referans Kwoze  

»La inmensa fuerza de su cuello infunde terror por dondequiera que pasa.


Ningún ser humano puede vivir eternamente. Todos morirán. ¿Quién puede librar su vida del poder del sepulcro?


Porque humanos y animales respiran el mismo aire y unos y otros mueren. De modo que la humanidad no tiene verdadera superioridad sobre las bestias; ¡qué absurdo!


Nadie puede impedir que se le escape el espíritu; nadie tiene poder para evitar el día de la muerte, pues no hay licencia que libre de esa obligación y de esa negra batalla. Y desde luego, la maldad del ser humano no le ayudará entonces.


»¿Lo rescataré del infierno? ¿Lo libraré de la muerte? Muerte, ¿dónde están tus plagas? Sepulcro, ¿dónde está tu poder destructor? ¡No le tendré más compasión!».


En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.


porque no dejarás mi alma en el sepulcro ni permitirás que el cuerpo de tu santo siervo se pudra.


―¿Quién eres, Señor? —preguntó. ―Yo soy Jesús —le contestó la voz—, a quien tú persigues.


Lo cierto es que, desde los días de Adán hasta Moisés, la gente experimentó la muerte. Claro, su pecado no fue como el de Adán, que transgredió un mandato de Dios. Este Adán fue figura de aquel que habría de venir.


En efecto, el pecado, que es el aguijón de la muerte, ya no existirá; y la ley, que le da poder al pecado, dejará de juzgarnos.


Como los alacranes, llevaban el aguijón en la cola, donde precisamente residía el poder que se les había dado para dañar a la gente durante cinco meses.


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