Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Romanos 7:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará del pecado que me lleva a la muerte?

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

24 ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte?

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

24 ¡Infeliz de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, o de esta muerte?

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

24 ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará° de este cuerpo de muerte?°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de esta situación que me lleva a la muerte?

Gade chapit la Kopi




Romanos 7:24
36 Referans Kwoze  

Dichosos los que lloran, porque serán consolados.


Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.


«El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para anunciar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado a anunciar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos. Me ha enviado a poner en libertad a los oprimidos,


Sabemos que nuestra vieja manera de ser fue crucificada con él, para que el pecado que dominaba nuestro cuerpo perdiera su poder. De este modo ya no seguimos siendo esclavos del pecado,


Porque, si ustedes viven controlados por el pecado, morirán para siempre. Pero, si por medio del Espíritu dan muerte a los malos deseos del cuerpo, vivirán para siempre.


Pues, al estar unidos a él, el Espíritu nos da vida y nos libera del control del pecado y de la muerte.


Y no solo ella, nosotros también sufrimos y nos quejamos. Esperamos nuestra total liberación de nuestro cuerpo, y que así nuestra adopción como hijos sea completa. Pero, mientras tanto, sufrimos. Y sufrimos aunque tenemos al Espíritu, que nos fue dado como adelanto de todo lo que vamos a recibir.


Así mismo, el Espíritu nos ayuda cuando somos débiles. Cuando no sabemos qué pedir, el Espíritu mismo le ruega a Dios por nosotros. Ruega con gemidos que no pueden expresarse con palabras.


La circuncisión marcaba a los judíos como parte del pueblo de Dios. Pues gracias Cristo, ustedes recibieron una circuncisión espiritual, no hecha por mano humana. Es decir, Cristo quitó de sus cuerpos el deseo de seguir pecando.


El Señor me cuidará y salvará de todo mal hasta el día en que yo esté en su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos de pecado y tener así un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.


Así pudo librar a todos los que vivían como esclavos por miedo a la muerte.


Él les secará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto ni lamento ni dolor. Porque las primeras cosas han dejado de existir».


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite