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Romanos 6:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

12 Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado domine su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 No permitan que el pecado controle la manera en que viven; no caigan ante los deseos pecaminosos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 No dejen que el pecado tenga poder sobre este cuerpo -¡es un muerto!- y no obedezcan a sus deseos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que obedezcáis a sus concupiscencias;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Por consiguiente, no reine ya el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que cedáis a sus malos deseos,

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Romanos 6:12
35 Referans Kwoze  

Más bien, busquen la compañía del Señor Jesucristo y dejen de complacer los malos deseos.


Pero a los que son egoístas, los que rechazan la verdad para seguir la maldad, Dios les dará un gran castigo.


Así como reinó el pecado provocando la muerte, ahora reina el amor. Reina el inmerecido amor de Dios, que nos declara justos y nos da vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.


El pecado no tiene dominio sobre ustedes, porque ya no se les juzga de acuerdo a la Ley, sino que viven protegidos por el amor y la bondad de Dios.


Ustedes saben bien que, si alguien decide siempre obedecer a una persona, llegará a ser su esclavo. Así que, somos esclavos o del pecado que lleva a la muerte o de la obediencia por medio de la cual somos declarados justos.


Y, si el Espíritu de Dios, que levantó a Cristo de entre los muertos, vive en ustedes, él también les dará vida a sus cuerpos muertos. Lo hará por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.


Porque, si ustedes viven controlados por el pecado, morirán para siempre. Pero, si por medio del Espíritu dan muerte a los malos deseos del cuerpo, vivirán para siempre.


Pues a nosotros siempre se nos quiere dar muerte por ser seguidores de Jesús. Pero así también la vida que él ofrece se hace visible en nuestro cuerpo que muere.


Ahora vivimos en este cuerpo, suspirando y preocupados, pues no queremos que ese cuerpo sea destruido. Más bien quisiéramos que el cuerpo fuera cambiado por el nuevo. Así el cuerpo no tendría que morir, sino que le sería dada la vida eterna.


Así que les digo: Vivan guiados por el Espíritu, así no seguirán los deseos de hacer el mal.


Los que son de Cristo Jesús han hecho morir en la cruz sus malos deseos por el pecado.


En ese tiempo todos nosotros también vivíamos haciendo lo mismo. Nos dejábamos llevar por nuestros malos deseos, haciendo lo que queríamos y siguiendo nuestras propias ideas. Al igual que los demás, hacíamos enojar a Dios y merecíamos su castigo.


Con respecto a la manera en que antes vivían, se les enseñó que ahora deben vivir diferente. Dejen esa vieja vida, porque los malos deseos los controlan con mentiras.


Dios quiere que no se dejen llevar por los malos deseos, como hacen los que no creen en él ni lo conocen.


Eres joven, no dejes que los malos deseos que se dan a tu edad te dominen. Esfuérzate en hacer lo que es justo, en fortalecer tu fe, en amar a los demás y en estar en paz. Vive todo eso junto con los que oran al Señor con toda sinceridad.


Ese amor nos enseña a rechazar el pecado y a no desear la maldad de este mundo. Así podremos vivir en este mundo con dominio propio, justicia y amor a Dios.


En otro tiempo también nosotros éramos tontos y desobedientes. Fuimos engañados y nos hicimos esclavos de toda clase de malos deseos y placeres. Vivíamos haciendo el mal y llenos de envidia. Éramos gente odiosa y nos odiábamos unos a otros.


Cuando ustedes vivían en la ignorancia, se dejaban controlar por sus malos deseos. Pero ahora, como hijos obedientes, no deben vivir así.


Queridos hermanos en la fe, en este mundo ustedes viven como extranjeros, pues solo están de paso. Por eso les ruego que abandonen todo deseo de pecar. Recuerden que el pecado es enemigo de su alma.


Estos individuos no hacen nada más que criticar y quejarse por todo. Se dejan controlar por sus malos deseos. Hablan con orgullo y les dicen cosas bonitas a los demás para aprovecharse de ellos.


Ellos les decían: «En los últimos tiempos habrá burladores que vivirán según sus malos deseos».


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