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Romanos 5:10 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

10 Cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo. Entonces, ¡con mucha más razón seremos salvados ahora que él vive!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo; con mucha más razón ahora su vida será nuestra plenitud.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Porque, si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo, con mucha más razón, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida.

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Romanos 5:10
29 Referans Kwoze  

Dentro de poco, el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y, porque yo vivo, también ustedes vivirán.


Pues así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo el poder de tener vida en sí mismo.


Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que ve al Hijo y crea en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.


Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí.


Con respecto al mensaje de la buena noticia, los israelitas son tenidos como enemigos de Dios. De esa manera, ustedes tienen oportunidad de ser salvos. Pero no olvidemos que ellos fueron elegidos por Dios a causa de sus antepasados, y por eso los ama.


Y no solo esto, gracias a nuestro Señor Jesucristo, Dios nos llena de alegría; pues ya hemos sido reconciliados.


A la verdad, como no podíamos salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.


Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros. Entonces, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?


¿Quién los castigará? Nadie, pues Cristo Jesús murió por ellos, y también resucitó, y está a la derecha de Dios. Y desde ese sitio de honor ruega a Dios por nosotros.


Los que tienen una mente controlada por el pecado son enemigos de Dios. No obedecen la Ley de Dios, porque no son capaces de hacerlo.


Así que somos representantes de Cristo. Como si Dios les llamara la atención a ustedes por medio de nosotros. Por eso les rogamos, en nombre de Cristo, que se reconcilien con Dios.


Cristo no cometió pecado alguno, pero, por amor a nosotros, Dios lo trató como pecador, para declararnos justos por medio de Cristo.


De ese modo, Cristo nos reconcilió con Dios. Nos presentó a ambos pueblos como uno solo, pues, gracias a su sacrificio en la cruz, dio muerte a nuestra enemistad.


En ese tiempo todos nosotros también vivíamos haciendo lo mismo. Nos dejábamos llevar por nuestros malos deseos, haciendo lo que queríamos y siguiendo nuestras propias ideas. Al igual que los demás, hacíamos enojar a Dios y merecíamos su castigo.


Por eso era necesario que en todo se pareciera a ellos. Lo hizo para ser un sumo sacerdote fiel y lleno de amor al servicio de Dios. De este modo pudo ofrecer un sacrificio para el perdón de los pecados del pueblo.


Por eso puede salvar por completo a los que se acercan a Dios por medio de él. Y puede hacerlo porque vive para siempre, y nunca dejará de hablar a Dios en favor de ellos.


A ustedes los considero como hijos muy queridos. Por eso les escribo estas cosas para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un defensor, a Jesucristo, el Justo.


En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros. Por eso envió a su Hijo. Lo envió para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.


y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo poder sobre la muerte y el infierno.


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