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Romanos 5:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 Hemos sido declarados justos por medio de la fe y, como resultado, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Por lo tanto, ya que fuimos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Por la fe, pues, hemos sido reordenados, y estamos en paz con Dios por medio de Jesucristo, nuestro Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Por tanto, habiendo sido declarados justos por la fe, tenemos paz ante Dios mediante nuestro Señor Jesucristo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Así, pues, habiendo sido justificados por la fe, estamos en paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,

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Romanos 5:1
53 Referans Kwoze  

y gritaban: ―¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ―¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!


Dijo: ―¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos.


«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».


La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.


Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.


Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Así, al creer en su nombre tienen vida.


»Les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna. No será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


Dios envió su mensaje al pueblo de Israel. Les anunció la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.


De hecho, este mensaje nos dice que Dios nos declara justos. Y Dios hace esto solo porque hemos creído en él. Ese ha sido su plan desde el principio, tal como dicen las Escrituras: «El justo vivirá para siempre, gracias a la fe».


Les escribo a todos ustedes, que están en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a ser parte de su pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz.


Pues, si crees de corazón, Dios te aceptará como justo y, si con tu boca confiesas que Cristo es el Señor, serás salvo.


¿Y quién les predicará sin ser enviado? Así dicen las Escrituras: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas noticias!».


Pues el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas. Más bien tiene que ver con dejarse guiar por el Espíritu Santo a una vida de justicia, paz y alegría.


Le pido a Dios, quien da esperanza, que los llene de toda alegría y paz. Pues ustedes creen en él, y quiero que el poder del Espíritu Santo los llene de confianza.


El Dios de paz sea con todos ustedes. Amén.


Dios declara como justos a todos los que creen en Jesucristo. De hecho, Dios no hace diferencia,


pues no hay más que un solo Dios. Él declara justos a todos los que creen en Jesús, ya sean judíos o no judíos.


Sin embargo, Dios declara como justo al que cree en él aunque no haya hecho nada para ganárselo.


Y no solo esto, gracias a nuestro Señor Jesucristo, Dios nos llena de alegría; pues ya hemos sido reconciliados.


Un solo pecado nos hizo culpables a todos y, por un solo acto de justicia, Dios nos declaró justos a todos.


Pues el pecado solo produce muerte, mientras que el regalo de Dios da vida eterna cuando creemos en Cristo Jesús, nuestro Señor.


¿A qué conclusión llegamos? Pues que los no judíos, que no buscaban que Dios los aceptara, fueron aceptados porque tuvieron fe.


Sin embargo, reconocemos que nadie es aceptado como justo delante de Dios por hacer las cosas que demanda la Ley. Somos aceptados como justos por creer en Jesucristo. Nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús. Así que somos aceptados como justos por la fe en él y no por hacer las cosas que demanda la Ley. Porque nadie será aceptado por Dios como justo por hacer esas cosas.


Pero, ahora que conocemos esa fe, ya no necesitamos que la Ley nos guíe.


En cambio, los que viven guiados por el Espíritu muestran amor por los demás, son alegres y tienen paz. El Espíritu los hace tener paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,


Lo hizo para mostrar en el futuro que su amor por nosotros es incomparablemente grande. Ese amor quedó demostrado en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No merecíamos tanto amor y bondad.


Quiero estar unido a él, pero eso no lo ganaré tratando de ser justo por mi obediencia a la Ley. Solo se gana al creer en Cristo, pues, por medio de él, Dios nos acepta como justos. Él nos acepta por medio de la fe.


y, por medio de él, Dios hizo que todas las cosas estuvieran en paz con él. Así, tanto las cosas que están en la tierra como las que están en el cielo alcanzaron la paz por medio de la muerte de Cristo en la cruz.


Que la paz que Cristo da domine sus pensamientos, pues Dios los llamó a vivir unidos y en paz. Y sean agradecidos.


Le pido a Dios mismo, que es la fuente de paz, que los haga santos por completo y que así mantenga todo su ser: espíritu, alma y cuerpo. De esa manera, cuando nuestro Señor Jesucristo vuelva, nadie podrá acusarlos de nada.


Le pido al Señor que da paz que les dé su paz siempre y en toda situación en que se encuentren, y que él los acompañe siempre.


El Dios que da la paz levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, al gran Pastor de las ovejas. Por medio de su sangre, Dios estableció con nosotros un pacto eterno.


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