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Romanos 3:30 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

30 pues no hay más que un solo Dios. Él declara justos a todos los que creen en Jesús, ya sean judíos o no judíos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Hay solo un Dios, y él hace justas a las personas —tanto a los judíos como a los gentiles— únicamente por medio de la fe.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 ¡Claro que también es Dios de esas naciones! Pues solamente él es Dios, quien salva al pueblo circuncidado a causa de su fe y a los otros pueblos cuando llegan a la fe.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Ya que hay un solo Dios, el cual declarará justos a los circuncisos a base de fe°, y por medio de la fe a los incircuncisos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Pues no hay más que un solo Dios, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncidados, y por medio de la fe a los no circuncidados.

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Romanos 3:30
18 Referans Kwoze  

Por lo tanto, si los no judíos obedecen los requisitos de la Ley, ¿no se les considerará como parte del pueblo de Dios aunque no estén circuncidados?


El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la Ley, te condenará a ti. Pues tú, aunque tienes el mandamiento escrito y la circuncisión, no obedeces la Ley.


Dios declara como justos a todos los que creen en Jesucristo. De hecho, Dios no hace diferencia,


Por eso afirmamos que todos somos declarados justos por la fe y no por hacer lo que la Ley exige.


Por eso los descendientes de Abraham se ganan la promesa por la fe. No tienen que hacer nada a cambio para ganarla. Esta promesa no es solo para los que obedecen la Ley, sino para los que creen como Abraham. Por eso él es el padre de todos nosotros.


¿Acaso esta dicha es solo para los que están circuncidados? ¿Acaso no es también para los que no son judíos? Hemos dicho que a Abraham se le tomó en cuenta la fe y fue declarado justo.


Ahora bien, Dios es uno solo y, cuando le dio la promesa a Abraham, no envió a nadie para entregarla. Se la dio personalmente.


Ya no importa si son judíos o griegos, esclavos o libres, hombres o mujeres, sino que todos ustedes son iguales gracias a Cristo Jesús.


En efecto, en las Escrituras ya se anunciaba que los no judíos serían declarados justos por medio de la fe. Así se lo había dicho Dios a Abraham. A él le dio esta buena noticia: «Por medio de ti bendeciré a todas las naciones».


Gracias a lo que Cristo Jesús hizo por nosotros, ya no importa si estamos o no circuncidados. Lo que importa es creer en Cristo y que esa fe nos lleve a amar a los demás.


Ya no es importante si estamos o no circuncidados. Lo que importa es que seamos personas distintas, porque Dios nos ha creado de nuevo.


Si la circuncisión es la marca del pueblo de Dios, nosotros somos entonces el verdadero pueblo. Y lo somos porque por medio del Espíritu adoramos a Dios, y nos sentimos orgullosos de pertenecer a Cristo Jesús. No creemos que podamos ser salvos por medio del esfuerzo humano.


Porque hay un solo Dios y solo hay uno que puede ponernos en paz con Dios, y ese es Jesucristo. Él es el hombre


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