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Romanos 16:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

2 Les pido que la reciban bien porque es nuestro deber cristiano, y así tiene que hacerse entre hermanos en la fe. Préstenle toda la ayuda que necesite, porque ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo.

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Biblia Reina Valera 1960

2 que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Recíbanla en el Señor como digna de honra en el pueblo de Dios. Ayúdenla en todo lo que necesite, porque ella ha sido de ayuda para muchos, especialmente para mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Recíbanla bien, como debe hacerse entre cristianos y santos hermanos, y ayúdenla en todo lo que necesite, pues muchos están en deuda con ella, y yo también.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 para que la recibáis en el Señor, de una manera digna de los santos, y que le proveáis cualquier cosa que necesite de vosotros; porque también ella fue ayudadora de muchos, y de mí mismo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 para que la recibáis en el Señor como corresponde entre los hermanos y la asistáis en cualquier cosa que necesite de vosotros, ya que ella ha sido protectora de muchos, entre los que me incluyo.

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Romanos 16:2
25 Referans Kwoze  

El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el menos importante, lo hicieron por mí”.


Entonces Ananías respondió: ―Señor, he oído decir que ese hombre ha causado mucho daño a los que creen en ti en Jerusalén.


―¡Ve! —insistió el Señor—, porque he elegido a ese hombre como mi instrumento. Él dará a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.


Había en Jope una discípula llamada Tabita. Su nombre griego era Dorcas. Ella se esforzaba en hacer el bien y en ayudar a los pobres.


Sin demora, Pedro se fue con ellos y, cuando llegó, lo llevaron al cuarto de arriba. Todas las viudas se acercaron a Pedro llorando. Le mostraban las túnicas y vestidos que Dorcas había hecho cuando aún estaba con ellas.


Él, tomándola de la mano, la levantó. Luego llamó a los creyentes y a las viudas, a quienes la presentó viva.


Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios.


Saluden a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos en la fe que están con ellos.


Saludos de parte de Gayo, de cuya hospitalidad disfrutamos yo y toda la iglesia de este lugar. También les mandan saludos Erasto, que es el tesorero de la ciudad, y Cuarto, nuestro hermano en la fe. Que el amor inmerecido de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes. Amén.


Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes.


Saluden a Urbano, nuestro compañero en servicio a Cristo, y a Estaquis, mi querido hermano en la fe.


Entre ustedes ni siquiera deben hablar acerca de relaciones sexuales prohibidas, ni de ninguna clase de vicio o acto vergonzoso. Así no se comportan los que pertenecen al pueblo santo de Dios.


Pase lo que pase, pórtense bien, como lo enseña el mensaje de Cristo. De este modo, ya sea que vaya a verlos o no, quiero recibir buenas noticias de ustedes. Quiero escuchar que siguen firmes y unidos, luchando juntos para que otros crean en la buena noticia de Cristo.


Recíbanlo como se merece un servidor del Señor, con toda alegría. Traten con honor a los que son como él.


Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé. En cuanto a Marcos, ustedes ya han recibido instrucciones; si va a visitarlos, recíbanlo bien.


Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que dicen servir a Dios.


Le pido al Señor que lo trate con bondad en el día del juicio final. Tú conoces muy bien las muchas veces que me ayudó en Éfeso.


A las ancianas, enséñales que se comporten como personas que respetan a Dios, que no sean chismosas y no beban mucho vino. Deben enseñar lo bueno


Te lo envío de vuelta, aunque eso me pone triste, pues lo quiero mucho.


Así que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo.


No reciban la visita del que enseña algo diferente a esto, ni le den la bienvenida.


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