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Romanos 1:14 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

14 Ese es mi deber con todos, sean cultos o incultos, sabios o ignorantes.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Pues siento una gran obligación tanto con los habitantes del mundo civilizado como con los del resto del mundo, con los instruidos y los incultos por igual.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Pues me siento en obligación con todos, ya sean griegos o extranjeros, cultos o sin estudios,

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Deudor soy a los griegos y también a los bárbaros,° a los sabios y también a los ignorantes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Yo me debo tanto a griegos como a bárbaros, a sabios como a ignorantes;

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Romanos 1:14
31 Referans Kwoze  

En aquel tiempo Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. Te alabo porque has escondido estas cosas de los sabios e instruidos, y se las has revelado a los que son como niños.


En aquel momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. Te alabo porque has escondido estas cosas de los sabios e instruidos, y se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.


Pero el Señor me respondió: “Vete; yo te enviaré lejos, a los no judíos”».


Los isleños nos trataron con toda clase de atenciones. Encendieron una fogata y nos invitaron a acercarnos, porque estaba lloviendo y hacía frío.


Al ver la serpiente colgada de la mano de Pablo, los isleños se pusieron a comentar entre sí: «Sin duda este hombre es un asesino, pues, aunque se salvó del mar, la justicia divina no va a permitir que siga con vida».


―¡Ve! —insistió el Señor—, porque he elegido a ese hombre como mi instrumento. Él dará a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.


Decían que eran sabios, pero se volvieron tontos.


Hermanos en la fe, quiero que entiendan este misterio, para que no se vuelvan orgullosos. Una parte del pueblo de Israel no quiere creer, y así seguirá hasta que todos los no judíos que crean pasen a formar parte del pueblo de Dios.


Vivan en armonía los unos con los otros. No sean orgullosos, sino amigos de los humildes. No se crean los únicos que saben.


No tengan deudas pendientes con nadie. Solo deben tener una deuda, la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la Ley.


Es cierto que ustedes viven en obediencia, y la gente lo sabe bien. Eso me alegra mucho, pero quiero que usen su inteligencia haciendo el bien, nunca el mal.


Por tanto, hermanos en la fe, ya no estamos obligados a vivir controlados por el pecado.


Pero, si no entiendo el significado de lo que alguien me dice, esa persona pensará que soy un extranjero, y yo pensaré lo mismo de ella.


Porque, si alabas a Dios con el espíritu, el que no es instruido no podrá decir «amén» a tu acción de gracias. No podrá hacerlo porque no entiende lo que dices.


Esto es precisamente de lo que hablamos, no con las palabras que enseña la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu. Explicamos las verdades espirituales con palabras que nos da el Espíritu.


Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes cree que lo sabe todo en este mundo, mejor piense que es un ignorante para que llegue a ser sabio de verdad.


No nos atrevemos a decir que somos iguales a los que hablan bien de sí mismos. Compararse con otros y decir que uno es bueno o mejor es una tontería.


Ustedes son muy sabios, pero de buena gana aguantan a los locos.


En esta nueva manera de vivir no importa si eres griego o judío, si estás circuncidado o no lo estás, si eres extranjero o un salvaje, si eres esclavo o eres libre. Cristo es todo lo que importa, y él vive en todos nosotros.


Así que todo lo soporto por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la gloriosa y eterna salvación que tenemos en Cristo Jesús.


En otro tiempo también nosotros éramos tontos y desobedientes. Fuimos engañados y nos hicimos esclavos de toda clase de malos deseos y placeres. Vivíamos haciendo el mal y llenos de envidia. Éramos gente odiosa y nos odiábamos unos a otros.


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