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Romanos 1:13 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

13 Quiero que sepan, hermanos en la fe, que muchas veces me he propuesto ir a visitarlos, pero me ha sido imposible. Me gustaría ir para hablarles, y así fortalecer a unos y convencer a otros, tal como lo he hecho entre las otras naciones.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Quiero que sepan, amados hermanos, que me propuse muchas veces ir a visitarlos pero, hasta el momento, me vi impedido. Mi deseo es trabajar entre ustedes y ver frutos espirituales tal como he visto entre otros gentiles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Quiero que sepan, hermanos, que muchas veces me he propuesto ir donde ustedes, pero hasta el momento no he tenido la posibilidad de ir a cosechar algún fruto entre ustedes, como he hecho en otros países.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Porque no quiero hermanos que ignoréis, que muchas veces me propuse ir a vosotros° para tener algún fruto, no sólo entre los demás gentiles, sino también entre vosotros, pero hasta ahora he sido impedido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 No quiero que ignoréis, hermanos, que muchas veces me he propuesto llegar hasta vosotros, para recoger también entre vosotros, al igual que entre los demás gentiles, algún fruto; pero hasta ahora me ha sido imposible.

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Romanos 1:13
38 Referans Kwoze  

Les aseguro que, si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda sola. Pero, si muere, produce mucho fruto.


No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes. Y les encargué que vayan y den mucho fruto, un fruto que permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.


Ya el que cosecha recibe su salario y recoge el fruto para vida eterna. Ahora tanto el que siembra como el que cosecha se alegran juntos.


Cierto día, se habían reunido como ciento veinte creyentes. Entonces Pedro se puso de pie en medio de ellos, y les dijo:


Cuando llegaron, reunieron a la iglesia y le informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. Les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe a los no judíos.


Todos los reunidos guardaron silencio para escuchar a Bernabé y a Pablo. Los escucharon contar los milagros y maravillas que Dios había hecho por medio de ellos entre los que no son judíos.


Después de todo lo ocurrido, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén. De camino, pasó por Macedonia y Acaya. Y decía a todos: «Después de estar en Jerusalén, tengo que visitar Roma».


Después de saludarlos, Pablo les contó detalladamente lo que Dios había hecho entre los no judíos por medio de su ministerio.


Allí encontramos a algunos creyentes que nos invitaron a pasar una semana con ellos. Y por fin llegamos a Roma.


Mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la confianza que compartimos.


Hermanos en la fe, quiero que entiendan este misterio, para que no se vuelvan orgullosos. Una parte del pueblo de Israel no quiere creer, y así seguirá hasta que todos los no judíos que crean pasen a formar parte del pueblo de Dios.


Hermanos en la fe, yo creo que ustedes conocen bien la Ley. ¿Acaso no saben que uno está obligado a obedecerla solamente mientras tenga vida?


Hermanos en la fe, les suplico en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que todos vivan en armonía. No permitan que haya divisiones entre ustedes. Pónganse de acuerdo en todo lo que piensan y quieren hacer.


Hermanos en la fe, no quiero que olviden que nuestros antepasados estuvieron todos bajo la nube y que todos atravesaron el mar.


En cuanto a los dones espirituales, hermanos en la fe, quiero que entiendan bien este asunto de las capacidades que da el Espíritu Santo.


Hermanos en la fe, piensen como personas maduras. Es bueno ser inocentes como un niño y no dar paso a la maldad. Pero, a la hora de pensar, hay que hacerlo como un adulto maduro.


¿A qué conclusión llegamos, hermanos en la fe? Que, cuando se reúnan, uno de ustedes puede cantar y otro dar una enseñanza. Otro comunicará lo que Dios le haya mostrado, otro hablará en lenguas extrañas y otro traducirá lo que se dijo. Todo esto debe hacerse para que la iglesia tenga una fe firme.


Aunque otros no me reconozcan como apóstol, para ustedes sí lo soy. Pues ustedes mismos son la prueba de que soy un apóstol del Señor.


Hermanos en la fe, queremos que conozcan las dificultades que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos sufriendo tanto que pensamos que no íbamos a resistir y perderíamos la vida.


Doy gracias a Dios, porque por medio de Cristo siempre nos da la victoria. Él hace que nuestro mensaje se vaya conociendo por todas partes como si fuera un aroma agradable.


Hermanos en la fe, voy a ponerles un ejemplo. Cuando una persona hace un pacto con otra y ese pacto ha sido confirmado, nadie puede anularlo. No se puede anular ni añadirle nada nuevo.


Hermanos en la fe, que el amor inmerecido de nuestro Señor Jesucristo llene la vida de cada uno de ustedes. Amén.


Ahora bien, si al seguir viviendo en este mundo puedo ser útil en gran manera, entonces no sé qué será mejor, si vivir o morir.


No digo esto porque esté tratando de conseguir más ofrendas, lo digo para que Dios les bendiga más.


Así podrán vivir obedeciendo las enseñanzas del Señor, agradándole en todo. Podrán entonces hacer muchas obras de bondad y crecer en el conocimiento de Dios.


que han recibido. Esta buena noticia se está anunciando en todo el mundo y muchos la están aceptando. Así sucedió también con ustedes desde el día en que escucharon del amor inmerecido de Dios y lo aceptaron como verdad.


Sí, deseábamos visitarlos. Yo mismo, Pablo, más de una vez intenté ir. Pero Satanás nos lo ha impedido.


Hermanos en la fe, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se pongan tristes como la gente que no tiene esperanza.


Es cierto que el plan secreto de maldad ya está en marcha. Solo falta que sea quitado de en medio lo que ahora lo detiene.


Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que por medio de mí se anunciara el mensaje y lo oyeran todos los que no creen en Dios. El Señor me salvó, como quien es librado de la boca de un león.


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