11 Bajo el antiguo pacto, el sacerdote oficia de pie delante del altar día tras día, ofreciendo los mismos sacrificios una y otra vez, los cuales nunca pueden quitar los pecados;
11 Los sacerdotes están de servicio diariamente para cumplir su oficio, ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca tienen el poder de quitar los pecados.
11 Y todo sacerdote en verdad está de pie° día tras día ministrando y ofreciendo repetidamente los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.°
11 Los sacerdotes, puestos en pie, ofician cada día y ofrecen repetidas veces los mismos sacrificios, a pesar de que éstos nunca pueden borrar pecados.
Dios nos dio la Ley como una manera de mostrarnos todo lo bueno que pensaba darnos luego. No era eso lo que en verdad pensaba darnos. Es por eso por lo que la Ley nunca puede hacer perfectos a los que se acercan a Dios. Siguiendo la Ley, los sacerdotes ofrecían los mismos sacrificios sin cesar año tras año, pero no pudieron hacer a nadie perfecto.
Todo sumo sacerdote es elegido de entre los hombres. Es nombrado para representar a su pueblo ante Dios y ofrecer ofrendas y sacrificios por el perdón de los pecados.
A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Por el contrario, él ofreció su vida en sacrificio una sola vez y para siempre.
Él es nuestro sacerdote en el santuario, es decir, en el verdadero Templo. Este Templo fue levantado por el Señor y no por ninguna persona de este mundo.