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Zacarías 2:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

10 »¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Yo vengo a habitar en medio de ti!», afirma el Señor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 El Señor dice: «Grita y alégrate, oh Jerusalén hermosa, porque yo vengo a vivir en medio de ti.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¡Ea!, salgan del país del norte, dice Yavé, pues yo los he dispersado a los cuatro puntos cardinales.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¡Canta alabanzas y alégrate, hija de Sión, porque Yo vengo a morar en medio de ti!, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ¡Vamos, vamos! Huid del país del aquilón -oráculo de Yahveh-, vosotros los que yo dispersé a los cuatro vientos del cielo -oráculo de Yahveh-.

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Zacarías 2:10
41 Referans Kwoze  

Por eso dije: «Aquí me tienes —como el libro dice de mí—.


Cuando tú, Dios y Señor, ascendiste a las alturas, te llevaste contigo a los cautivos; recibiste ofrendas entre los hombres, aun de los rebeldes, para establecer tu morada.


Habitaré entre los israelitas y seré su Dios.


¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión, pues es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!».


Volverán los rescatados del Señor y entrarán en Sión con cantos de júbilo; su corona será el gozo eterno. Se llenarán de regocijo y alegría, y se apartarán de ellos el dolor y los quejidos.


esta es la palabra que yo, el Señor, he pronunciado contra él: »La virginal hija de Sión te desprecia y se burla de ti. La hija de Jerusalén menea la cabeza al verte huir.


Canten al Señor un cántico nuevo, ustedes, que descienden al mar y todo lo que hay en él; canten su alabanza desde los confines de la tierra, ustedes, costas lejanas y sus habitantes.


¡Salgan de Babilonia! ¡Huyan de los babilonios! Anuncien esto con gritos de alegría y háganlo saber. Publíquenlo hasta en los confines de la tierra; digan: «El Señor ha redimido a su siervo Jacob».


Volverán los rescatados del Señor y entrarán en Sión con cantos de júbilo; su corona será el gozo eterno. Se llenarán de regocijo y alegría, y se apartarán de ellos el dolor y los quejidos.


Ustedes, que transportan los utensilios del Señor, ¡pónganse en marcha, salgan de allí! ¡Salgan de en medio de ella, purifíquense! ¡No toquen nada impuro!


«Tú, mujer estéril, que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo! Porque más hijos que la casada tendrá la desamparada», dice el Señor.


Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema o una novia adornada con sus joyas.


Cuando ustedes vean esto, se regocijará su corazón, y su cuerpo florecerá como la hierba. El Señor dará a conocer su poder entre sus siervos y su furor entre sus enemigos.


Surgirán de ellos cánticos de gratitud y gritos de alegría. Multiplicaré su descendencia y no disminuirá; los honraré y no serán menospreciados.


Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas de Sión; disfrutarán de las bondades del Señor: el trigo, el vino nuevo y el aceite, las crías de las ovejas y las vacas. Serán como un jardín bien regado, y no volverán a desfallecer.


el grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, también la voz de los que traen al Templo del Señor ofrendas de acción de gracias y cantan: »” ‘Den gracias al Señor de los Ejércitos, porque el Señor es bueno, porque su gran amor perdura para siempre’. Haré que vuelvan del cautiverio de este país —afirma el Señor—, y volverán a ser como al principio”.


Habitaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


»La distancia alrededor de la ciudad será de dieciocho mil codos. »Y desde aquel día el nombre de la ciudad será: “El Señor está allí”».


Caminaré entre ustedes. Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo.


porque el Señor tu Dios, está en medio de ti como poderoso guerrero que salva. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos».


»Por lo tanto, así dice el Señor: “Volveré a compadecerme de Jerusalén. Allí se reconstruirá mi Templo y se extenderá el cordel de medir sobre Jerusalén”, afirma el Señor de los Ejércitos.


Ustedes huirán por el valle de mi monte, porque se extenderá hasta Asal. Huirán como huyeron del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el Señor mi Dios acompañado de todos los santos.


«En aquel día, muchas naciones se unirán al Señor. Ellas serán mi pueblo y yo habitaré entre ellas. Así sabrán que el Señor de los Ejércitos es quien me ha enviado a ustedes.


Yo seré para ella —afirma el Señor—, un muro de fuego y dentro de ella seré su gloria”.


»Así dice el Señor: “Regresaré a Sión y habitaré en Jerusalén. Y Jerusalén será conocida como la Ciudad de la Verdad y el monte del Señor de los Ejércitos, como el Monte de la Santidad”.


¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, victorioso y humilde. Viene montado en un burro, en un burrito, cría de asna.


«Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí. De pronto vendrá a su Templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el mensajero del pacto, a quien ustedes desean» —dice el Señor de los Ejércitos.


enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.


Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.


Le contestó Jesús: —El que me ama obedecerá mi palabra y mi Padre lo amará; vendremos a él y haremos nuestra morada en él.


El Señor te dispersará entre todas las naciones, de uno al otro extremo de la tierra. Allí adorarás a otros dioses, dioses de madera y de piedra que ni tú ni tus antepasados conocieron.


Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!


»Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: »Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y se pasea en medio de los siete candelabros de oro:


Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está el santuario de Dios! Él habitará en medio de ellos y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.


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