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Zacarías 10:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 «Se enciende mi ira contra los pastores; castigaré a esos líderes. Ciertamente el Señor de los Ejércitos cuida de Judá, que es su rebaño, y lo convertirá en su corcel de honor el día de la batalla.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «Mi ira se enciende contra sus pastores y castigaré a esos líderes. Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales ha llegado para cuidar a Judá, su rebaño. Él los hará fuertes y magníficos, como un caballo majestuoso en la batalla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 (Me he indignado con los pastores y voy a castigar a los chivatos.) Pero Yavé de los Ejércitos visitará a su rebaño, la tribu de Judá, ellos serán su caballo de batalla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Mi ira se ha encendido contra los pastores, Tomaré cuentas a los machos cabríos,° YHVH Sebaot visitará° a su rebaño, la casa de Judá, Y hará de ella su corcel real en el combate.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Contra los pastores se enciende mi ira, voy a castigar a los machos cabríos. Yahveh Sebaot visita a su grey, la casa de Judá, la hace su corcel capitán en la batalla.

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Zacarías 10:3
28 Referans Kwoze  

En cuanto suena la trompeta, resopla desafiante; percibe desde lejos el fragor de la batalla, los gritos de los comandantes y las órdenes de ataque.


por lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se postraron y adoraron al Señor.


Se alista al caballo para el día de la batalla, pero la victoria depende del Señor.


Te comparo, amada mía, con una yegua entre los caballos del carro del faraón.


Cuando el Señor termine lo que va a hacer contra el monte Sión y contra Jerusalén, él dirá: «Castigaré el fruto del orgulloso corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos.


En aquel día el Señor castigará a los ejércitos celestiales en el cielo y a los reyes terrenales en la tierra.


Los pastores se han vuelto necios, no buscan al Señor; por eso no han prosperado, y su rebaño anda disperso.


Por eso, así dice el Señor de los Ejércitos: “Voy a castigarlos. Los jóvenes morirán a filo de espada; sus hijos y sus hijas se morirán de hambre.


»Pero cuando se hayan cumplido los setenta años, yo castigaré por su iniquidad al rey de Babilonia y a aquella nación, país de los babilonios, y los convertiré en ruina perpetua», afirma el Señor.


Giman, pastores, y clamen; revuélquense en el polvo, jefes del rebaño, porque les ha llegado el día de la matanza; serán dispersados y caerán como carneros escogidos.


»Mi pueblo ha sido como un rebaño perdido; sus pastores lo han descarriado, lo han hecho vagar por las montañas. Ha ido de colina en colina y se ha olvidado de su redil.


»”Así dice el Señor y Dios: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño.


Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, fueron dispersadas.


«Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el Señor y Dios: “¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que solo se cuidan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño?


Corromperá con halagos a los que hayan renegado del pacto, pero los que conozcan a su Dios se le opondrán con firmeza.


»En el día del sacrificio del Señor castigaré a los oficiales y los hijos del rey, y a cuantos se visten según modas extrañas.


Y esa tierra pertenecerá al remanente del pueblo de Judá. Allí pastarán sus ovejas y al atardecer se echarán a descansar en las casas de Ascalón; porque los cuidará el Señor su Dios para restaurarlos.


¡Ay del pastor inútil que abandona su rebaño! ¡Que la espada hiera su brazo y le saque el ojo derecho! ¡Que el brazo quede tullido y el ojo derecho, ciego!


«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir a su pueblo.


Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de su visitación.


Noemí decidió regresar de la tierra de Moab con sus dos nueras, porque allí se enteró de que el Señor había acudido en ayuda de su pueblo al proveerle de alimento.


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