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Tito 3:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

5 él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo,

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Biblia Reina Valera 1960

5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 no se fijó en lo bueno que hubiéramos hecho, sino que tuvo misericordia de nosotros y nos salvó. En el bautismo volvimos a nacer y fuimos renovados por el Espíritu Santo

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino según su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 no nos salvó por las obras de justicia que hubiéramos realizado nosotros, sino, según su misericordia, por el baño regenerador y renovador del Espíritu Santo,

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Tito 3:5
46 Referans Kwoze  

»¿Qué es el hombre para creerse puro y el nacido de mujer para alegar inocencia?


¿Cómo puede una persona declararse justo ante Dios? ¿Cómo puede alegar pureza quien ha nacido de mujer?


Aun siendo inocente, me condenará mi boca; aun siendo íntegro, resultaré culpable.


así tú, Israel, espera al Señor, porque en él hay amor inagotable; en él hay plena redención.


No lleves a juicio a tu siervo, pues ante ti nadie puede alegar inocencia.


Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu firme dentro de mí.


que tú, Señor, eres todo amor; que tú pagarás a cada uno según lo que merezcan sus obras.


Pero tú, Señor, eres Dios compasivo y misericordioso, lento para la ira y grande en amor y fidelidad.


Tú, Señor, eres bueno y perdonador; tu gran amor se derrama sobre todos los que te invocan.


Yo denunciaré tu justicia y tus obras, y de nada te servirán.


Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías.


¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su heredad? No estarás airado para siempre, porque tu mayor placer es amar.


»Yo los bautizo a ustedes con agua como señal de su arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.


De generación en generación se extiende su misericordia a los que le temen.


Acudió en ayuda de su siervo Israel mostrando su misericordia


para mostrar misericordia a nuestros antepasados al acordarse de su santo pacto.


gracias a la entrañable misericordia de nuestro Dios. Así nos visitará desde el cielo el sol naciente,


pues quisiera ver si de algún modo despierto los celos de mi propio pueblo, para así salvar a algunos de ellos.


Y si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia.


No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta.


Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la Ley; más bien, mediante la Ley cobramos conciencia del pecado.


Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe y no por las obras que la Ley exige.


Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al impío, se le toma en cuenta la fe como justicia.


Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran o hicieran algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina,


Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios.


¿Qué concluiremos? Pues que los no judíos, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe.


Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, santificados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.


Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la Ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la Ley; porque por estas nadie será justificado.


Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros,


ser renovados en la actitud de su mente;


para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra,


De modo que no es por tu justicia ni por tu rectitud por lo que vas a tomar posesión de su tierra. ¡No! La propia maldad de esas naciones hará que el Señor tu Dios las arroje lejos de ti. Así cumplirá lo que juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador.


Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo;


Pero cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador,


Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y los cuerpos lavados con agua pura.


Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir la misericordia y encontrar la gracia que nos ayuden oportunamente.


pero después de todo esto se han apartado, renueven su arrepentimiento. Pues así, para su propio mal, vuelven a crucificar al Hijo de Dios y lo exponen a la vergüenza pública.


¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para que tengamos una esperanza viva


Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.


la cual simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,


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