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Salmos 73:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

24 Me guías con tu consejo y más tarde me acogerás en gloria.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

24 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Me guías con tu consejo y me conduces a un destino glorioso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 me guías conforme a tus designios y me llevas de la mano tras de ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Me guiarás con tu consejo, Y después me recibirás en gloria.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Con tu aviso me guías para ponerme en dignidad.

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Salmos 73:24
25 Referans Kwoze  

Bendeciré al Señor, quien me aconseja; aun de noche mi corazón se instruye.


Él dirige en la justicia a los humildes, y les enseña su camino.


El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.


¡Este Dios es nuestro Dios eterno! ¡Él nos guiará para siempre!


Pero Dios me rescatará de las garras de la muerte y con él me llevará. Selah


El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor no niega sus bondades a los que se conducen con integridad.


Voy por el camino de la rectitud, por los senderos de la justicia,


Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo».


Así dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña lo que te conviene, que te guía por el camino en que debes andar.


El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan.


Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la gloria del Señor te seguirá.


Aunque la nube reposara sobre el santuario un par de días, un mes o más tiempo, los israelitas se quedaban en el campamento y no partían. Pero cuando se levantaba, se ponían en marcha.


Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!


Entonces Jesús exclamó con fuerza: —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.


Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.


Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.


»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.


Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.


Mientras lo apedreaban, Esteban oraba. —Señor Jesús —decía—, recibe mi espíritu.


De hecho, sabemos que, si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas.


Los levitas no tendrán herencia entre sus hermanos; el Señor mismo es su herencia, según les prometió.


Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.


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