Salmos 65:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

⁸ Los que viven en remotos lugares se asombran ante tus prodigios; desde el amanecer hasta el anochecer tú inspiras canciones de alegría.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Los que viven en los extremos de la tierra quedan asombrados ante tus maravillas. Desde donde sale el sol hasta donde se pone, tú inspiras gritos de alegría.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Tus prodigios espantan a los pueblos lejanos, pero alegran las puertas por donde el sol nace y se pone.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Por eso los que habitan en los últimos confines temen delante de tus portentos. ¡Tú haces alegrar las puertas de la aurora y la entrada del ocaso!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ el que acalla el bramido de los mares, el estruendo de las olas y el tumulto de los pueblos.

Salmos 65:8 Referans Kwoze

Génesis 8:22

»Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, días y noches».

Job 38:12

»¿Alguna vez en tu vida has dado órdenes a la mañana o has hecho saber a la aurora su lugar,

Salmos 107:29

Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar.

Salmos 126:2

Entonces nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas. Hasta los otros pueblos decían: «El Señor ha hecho grandes cosas por ellos».

Salmos 135:9

En medio de ti, Egipto, Dios envió señales y maravillas contra el faraón y todos sus siervos.

Salmos 136:8

El sol, para gobernar el día; su gran amor perdura para siempre.

Salmos 148:3

Alábenlo, sol y luna, alábenlo, estrellas luminosas.

Salmos 19:5

Y este, como novio que sale de la cámara nupcial, se regocija, cual poderoso guerrero, al recorrer su camino.

Salmos 2:8

Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; serán tu propiedad los confines de la tierra.

Salmos 65:13

Pobladas de rebaños están las praderas y cubiertos los valles de trigales, aclaman y cantan alegres.

Salmos 66:3

Díganle a Dios: «¡Cuán imponentes son tus obras! Es tan grande tu poder que tus enemigos se rinden ante ti.

Salmos 74:16

Tuyo es el día, tuya también la noche; tú estableciste la luna y el sol;

Salmos 89:10

Aplastaste a Rahab como a un cadáver; con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos.

Isaías 17:13

Aunque esos pueblos braman como aguas encrespadas; huyen lejos cuando él los reprende, arrastrados por el viento como la paja de los cerros, como el polvo con el vendaval.

Deuteronomio 4:19

De lo contrario, cuando levanten los ojos y vean todo el ejército del cielo —es decir, el sol, la luna y las estrellas—, pueden sentirse tentados a postrarse ante ellos y adorarlos. Esos astros se los ha dado el Señor, el Dios de ustedes, a todas las naciones que están debajo del cielo.

Apocalipsis 11:13

En ese mismo instante se produjo un violento terremoto y se derrumbó la décima parte de la ciudad. Perecieron siete mil personas, pero los sobrevivientes, llenos de temor, dieron gloria al Dios del cielo.