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Salmos 64:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 Emboscados, disparan contra el íntegro; le tiran sin temor y sin aviso.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente lo asaetean, y no temen.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Le tiran a los inocentes desde una emboscada; los atacan de repente y sin temor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 que tiran a ocultas contra el inocente, las lanzan de improviso y sin miedo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Para dispararla en oculto al inocente, Disparan presto sus saetas, sin temor alguno.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Sus lenguas son cortantes como espadas y despiden saetas de palabras acerbas;

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Salmos 64:4
14 Referans Kwoze  

Entonces David dijo a todos los oficiales que estaban con él en Jerusalén: —¡Vámonos de aquí! Tenemos que huir, pues de otro modo no podremos escapar de Absalón. Démonos prisa, no sea que él se nos adelante. Si nos alcanza, nos traerá la ruina y pasará a toda la gente a filo de espada.


Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda».


Vean cómo tensan sus arcos los malvados: preparan las flechas sobre la cuerda para disparar desde las sombras contra los que son rectos de corazón.


¡Dios, que reina desde la eternidad, habrá de oírme y los afligirá! Selah Esa gente no cambia de conducta, pues no tiene temor de Dios.


Entrégale tus afanes al Señor y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.


¡Sé exaltado, oh Dios, sobre los cielos! ¡Alza tu gloria sobre toda la tierra!


Pero Dios les disparará sus flechas y sin aviso caerán heridos.


Con su propia lanza atravesaste la cabeza de sus guerreros que enfurecidos querían dispersarnos, que con placer arrogante se lanzaron como quien devora en secreto a un pobre.


Tan pronto como lo vieron, los jefes de los sacerdotes y los guardias gritaron a voz en cuello: —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! —Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes —respondió Pilato—. Por mi parte, no lo encuentro culpable de nada.


Saúl se la arrojó, pensando: «¡A este lo clavo en la pared!». Dos veces lo intentó, pero David logró esquivar la lanza.


intentó clavarlo en la pared con la lanza, pero David esquivó el golpe de Saúl, de modo que la lanza quedó clavada en la pared. Esa misma noche David se dio a la fuga.


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