Salmos 48:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

⁹ Dentro de tu Templo, oh Dios, meditamos en tu gran amor.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁹ Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios, En medio de tu templo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁹ Oh Dios, meditamos en tu amor inagotable mientras adoramos en tu templo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁹ Oh Dios, recordamos tus favores en los patios de tu Templo;'

La Biblia Textual 3a Edicion

⁹ Nos acordamos de tu misericordia, oh ’Elohim, En medio de tu templo;

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁹ Como habíamos oído, así hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos. En la ciudad de nuestro Dios: Dios la tiene fijada para siempre. Selah

Salmos 48:9 Referans Kwoze

1 Reyes 10:6

Entonces dijo al rey: «¡Todo lo que escuché en mi país acerca de tus triunfos y de tu sabiduría es cierto!

1 Reyes 10:7

No podía creer nada de eso hasta que vine y lo vi con mis propios ojos. En realidad, ¡no me habían contado ni siquiera la mitad! Tanto en sabiduría como en riqueza, superas todo lo que había oído decir.

Salmos 104:34

Quiera él agradarse de mi meditación; yo, por mi parte, me regocijo en el Señor.

Salmos 26:3

Tu gran amor lo tengo presente y siempre ando en tu verdad.

Salmos 40:10

No escondo tu justicia en mi corazón, sino que doy a conocer tu fidelidad y tu salvación. No oculto en la gran asamblea tu gran amor y tu verdad.

Salmos 87:5

De Sión se dirá, en efecto: «Este y aquel nacieron en ella. El Altísimo mismo la ha establecido».

Cantares 1:4

¡Arrástrame en pos de ti! ¡Date prisa! ¡Llévame, oh rey, a tu alcoba! Regocijémonos y deleitémonos juntos; celebraremos tus caricias más que el vino. ¡Sobran las razones para amarte!

Isaías 26:8

Sí, en ti esperamos, Señor, y en la senda de tus juicios; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra vida.

Jeremías 31:40

Todo el valle donde se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la puerta de los Caballos, en la esquina oriental, estarán consagrados al Señor. ¡Nunca más la ciudad será arrancada ni derribada!».