Salmos 40:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

⁸ Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu Ley la llevo dentro de mí».

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ me complace hacer tu voluntad, Dios mío, pues tus enseñanzas están escritas en mi corazón».

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ He elegido, mi Dios, hacer tu voluntad, y tu Ley está en el fondo de mi ser'.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Oh Dios mío, el hacer tu voluntad me ha agradado, Y tu Ley está en mis entrañas.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Y así digo: 'Aquí vengo'. En el rollo del libro está escrito que yo debo

Salmos 40:8 Referans Kwoze

Job 23:12

No me he apartado de los mandamientos de sus labios; valoro más las palabras de su boca que mi pan de cada día.

Salmos 112:1

¡Aleluya! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos.

Salmos 119:16

En tus estatutos hallo mi deleite y jamás olvidaré tu palabra.

Salmos 119:24

Tus mandatos son mi regocijo; son también mis consejeros.

Salmos 119:47

Me deleito en tus mandamientos, porque los amo.

Salmos 119:92

Si tu Ley no fuera mi regocijo, la aflicción habría acabado conmigo.

Proverbios 3:1

Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.

Jeremías 15:16

Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios de los Ejércitos.

Jeremías 31:33

«Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel», afirma el Señor. «Pondré mi Ley en su mente y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Juan 4:34

—Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —dijo Jesús—.

Romanos 7:22

Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la Ley de Dios;

Romanos 8:29

Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

2 Corintios 3:3

Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones.