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Salmos 40:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

17 Yo soy pobre y necesitado; quiera el Señor tomarme en cuenta. Tú eres mi socorro y mi libertador; ¡no te demores, Dios mío!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 En cuanto a mí, pobre y necesitado, que el Señor me tenga en sus pensamientos. Tú eres mi ayudador y mi salvador; oh Dios mío, no te demores.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 ¡Piensa en mí, oh Dios, en mí que soy un pobre y desdichado! ¡No te demores, mi Dios, pues tú eres mi socorro y salvación!

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Aunque estoy afligido y necesitado, Adonay se acordará de mí. Tú eres mi ayuda y mi libertador; ¡Dios mío no te tardes!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Que de ti puedan gozarse y alegrarse todos los que te buscan, y puedan decir siempre quienes aman tu socorro: '¡Grande es el Señor!'.

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Salmos 40:17
20 Referans Kwoze  

Ciertamente soy pobre y estoy necesitado; y mi corazón ha sido traspasado.


Busqué al Señor y él me respondió; me libró de todos mis temores.


Este pobre clamó, el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias.


Pero lancen voces de alegría y regocijo los que quieren mi vindicación y digan siempre: «Exaltado sea el Señor, quien se deleita en el bienestar de su siervo».


Muchas son, Señor mi Dios, las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus planes en favor nuestro. Si quisiera anunciarlos y proclamarlos, serían más de lo que puedo contar.


Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene.


Porque el Señor oye a los necesitados y no desprecia a su pueblo cautivo.


Yo soy pobre y necesitado; ¡ven pronto a mí, oh Dios! Tú eres mi socorro y mi libertador; ¡no te demores, Señor!


Atiéndeme, Señor; respóndeme, pues pobre soy y estoy necesitado.


En aquel día se dirá: «¡Sí, este es nuestro Dios; en él confiamos y él nos salvó! ¡Este es el Señor, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!».


»Los pobres y los necesitados buscan agua, pero no la encuentran; la sed les ha resecado la lengua. Pero yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.


—Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos —respondió Jesús—, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.


Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, quien era rico y por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.


Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda, no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?».


Escuchen, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres, según el mundo, para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman?


Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que confiaba en aquel que juzga con justicia.


Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.


El que da testimonio de estas cosas dice: «Sí, vengo pronto». Amén. ¡Ven, Señor Jesús!


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