Salmos 4:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

¹ Responde a mi clamor, Dios de mi justicia. Dame alivio cuando esté angustiado, apiádate de mí y escucha mi oración.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹ Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ Respóndeme cuando clamo a ti, oh Dios, tú que me declaras inocente. Libérame de mis problemas; ten misericordia de mí y escucha mi oración.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ ¡Cuando llamo, respóndeme, Dios mi defensor! En la angustia tú me has dado sosiego: ten compasión de mí y escucha mi oración.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Al director del coro, con neguinot.° Salmo de David. ¡Oh Dios de mi justicia,° respóndeme cuando clamo!° Tú, que en la estrechez me diste holgura,° Ten misericordia de mí y escucha mi oración.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Del director; con instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

Salmos 4:1 Referans Kwoze

Job 36:16

»Dios te atrae para sacarte de las fauces de la angustia, te lleva a un lugar amplio y espacioso, y llena tu mesa con la mejor comida.

Salmos 11:7

Porque el Señor es justo y ama la justicia, los rectos contemplarán su rostro.

Salmos 116:16

Yo, Señor, soy tu siervo; soy siervo tuyo, hijo de tu sierva; ¡tú has roto mis cadenas!

Salmos 116:6

El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.

Salmos 119:132

Vuélvete a mí y ten piedad de mí, como haces siempre con los que aman tu nombre.

Salmos 143:2

No lleves a juicio a tu siervo, pues ante ti nadie puede alegar inocencia.

Salmos 17:6

Dios mío, a ti clamo porque tú me respondes; inclina a mí tu oído y escucha mi oración.

Salmos 22:1

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás lejos para salvarme, tan lejos de mis gritos de angustia?

Salmos 24:5

Quien es así recibe bendiciones del Señor; el Dios de su salvación le hará justicia.

Salmos 25:16

Vuelve a mí tu rostro y tenme compasión, pues me encuentro solo y afligido.

Salmos 31:8

No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso.

Salmos 41:12

Por mi integridad me sostienes y en tu presencia me mantendrás para siempre.

Salmos 42:1

Como ciervo jadeante que busca las corrientes de agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.

Salmos 45:1

De mi corazón brota un hermoso poema mientras recito mis versos ante el rey; mi lengua es como pluma de hábil escritor.

Salmos 56:1

Ten piedad de mí, oh Dios, pues hay gente que me persigue. Todo el día me atacan mis opresores,

Salmos 57:1

Ten piedad de mí, oh Dios; ten piedad de mí, pues en ti me refugio. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro.

Salmos 6:1

No me reprendas, Señor, en tu ira; no me castigues en tu furor.

Salmos 67:1

Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga; Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, Selah

Salmos 76:1

Dios es conocido en Judá; su nombre es exaltado en Israel.

Isaías 45:24

Ellos dirán de mí: “Solo en el Señor están la justicia y el poder”». Todos los que contra él se enfurecieron ante él comparecerán y quedarán avergonzados.

Jeremías 23:6

En esos días Judá será salvo, Israel morará seguro. Y este es el nombre que se le dará: “El Señor es nuestra justicia”.

Habacuc 3:19

El Señor y Dios es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas. Al director musical. Sobre instrumentos de cuerda.

1 Corintios 1:30

Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención;

2 Corintios 1:10

Él nos libró y nos librará de tal peligro de muerte. En él tenemos puesta nuestra esperanza y él seguirá librándonos.

2 Corintios 1:8

Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión que hasta perdimos la esperanza de salir con vida:

1 Samuel 17:37

El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de ese filisteo. —Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe.