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Salmos 39:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

5 Muy breve es la vida que me has dado; ante ti, mis años no son nada. ¡El ser humano es como un soplo! Selah

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Biblia Reina Valera 1960

5 He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 La vida que me has dado no es más larga que el ancho de mi mano. Toda mi vida es apenas un instante para ti; cuando mucho, cada uno de nosotros es apenas un suspiro». Interludio

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 A mis días no les diste más de una cuarta y mi existencia es nada para ti. El hijo de Adán se pavonea, pero no es más que soplo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 He aquí, como a palmos me has dado mis días, Y mi edad es como nada ante ti. Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive.° Selah

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Hazme, Señor, saber mi fin y cuál es la medida de mis días, para ver cuán efímera es mi suerte.

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Salmos 39:5
17 Referans Kwoze  

—Ya tengo ciento treinta años —respondió Jacob—. Mis años de andar peregrinando de un lado a otro han sido pocos y difíciles, pero no se comparan con los años de peregrinaje de mis antepasados.


—Pero ¿cuántos años de vida me quedan? —respondió Barzilay—. ¿Para qué subir con el rey a Jerusalén?


»Mis días se van más veloces que una lanzadera, y sin esperanza alguna llegan a su fin.


Todo ser humano es como un suspiro; sus días son fugaces como una sombra.


Tú reprendes a los mortales, los castigas por su iniquidad; como polilla, acabas con lo que más desean. ¡Un soplo nada más es el mortal! Selah


Una quimera es la gente de humilde cuna, y una mentira la gente de alta alcurnia; si se les pusiera juntos en la balanza, pesarían menos que un soplo.


Recuerda cuán efímera es mi vida. Al fin y al cabo, ¿para qué creaste a los mortales?


Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.


Vanidad de vanidades —dice el Maestro—, vanidad de vanidades, ¡todo es vanidad!


Luego observé todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas. Vi que todo era vanidad, un correr tras el viento, y que no había provecho bajo el sol.


Todas las naciones no son nada en su presencia; no tienen para él valor alguno.


¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla que aparece por un momento y luego se desvanece.


Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años y mil años, como un día.


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