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Salmos 37:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

25 Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto al justo en el abandono ni que sus hijos mendiguen pan.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Una vez fui joven, ahora soy anciano, sin embargo, nunca he visto abandonado al justo ni a sus hijos mendigando pan.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca vi a un justo abandonado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 n Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni a su descendencia que mendigue pan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Nun. Fui joven y he llegado a la vejez, y nunca vi al justo en desamparo ni a sus hijos mendigando el pan.

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Salmos 37:25
22 Referans Kwoze  

Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto eterno, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios y el Dios de tus descendientes.


Vaga sin rumbo; es comida de los buitres; sabe que el día de las tinieblas le ha llegado.


»Ponte a pensar: ¿Quién que sea inocente ha perecido? ¿Cuándo se ha destruido a la gente intachable?


Que anden sus hijos vagando y mendigando; que anden rebuscando entre las ruinas.


Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los justos será bendecida.


Tendrá una vida próspera y sus descendientes heredarán la tierra.


Porque el Señor ama al justo y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre, pero la descendencia de los malvados será exterminada.


Van de un lado a otro buscando comida, y aúllan si no quedan satisfechos.


Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido.


No me rechaces cuando llegue a viejo; no me abandones cuando me falten las fuerzas.


El Señor no rechazará a su pueblo; no dejará a su herencia en el abandono.


El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos.


Ante sus propios ojos estrellarán a sus pequeños, saquearán sus casas y violarán a sus mujeres.


Algunos de los discípulos de Cesarea nos acompañaron y nos llevaron a la casa de Mnasón, donde íbamos a alojarnos. Este era de Chipre y uno de los primeros discípulos.


perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.


Manténganse libres del amor al dinero y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca los dejaré; jamás los abandonaré».


Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.


Por amor a su gran nombre, el Señor no rechazará a su pueblo; de hecho, él se ha dignado hacerlos a ustedes su propio pueblo.


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