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Salmos 32:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Hasta que no lo confesaba, se consumían mis huesos, gimiendo todo el día.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Mientras callé, se consumieron mis huesos, En mi gemir todo el día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Mientras quise callar, mis huesos se gastaban en llanto todo el día;

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Salmos 32:3
26 Referans Kwoze  

Después del luto, David mandó que se la llevaran al palacio y la tomó por esposa. Con el tiempo, ella le dio un hijo. Sin embargo, lo que David había hecho desagradó al Señor.


Antes que el pan, me llegan los suspiros; mis quejidos se derraman como el agua.


La noche me taladra los huesos; el dolor que me corroe no tiene fin.


La piel se me ha requemado y se me cae; el cuerpo me arde por la fiebre.


Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás lejos para salvarme, tan lejos de mis gritos de angustia?


Por causa de tu indignación no hay nada sano en mi cuerpo; por causa de mi pecado no me quedan huesos sanos.


Me siento débil, completamente deshecho; mi corazón gime angustiado.


Anúnciame gozo y alegría; infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.


Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, porque mis huesos están en agonía.


El corazón alegre es un buen remedio, pero el ánimo decaído seca los huesos.


Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, alcanza la misericordia.


Tus hijos han desfallecido; como antílopes atrapados en la red, han caído en las esquinas de las calles. Sobre ellos recae toda la furia del Señor, todo el reproche de tu Dios.


Por causa de la perversa codicia de mi pueblo, me he enojado y lo he castigado; le he dado la espalda, pero él prefirió seguir sus obstinados caminos.


Todos nosotros gruñimos como osos, gemimos como palomas. Esperábamos la justicia y no llegó; la liberación sigue lejos de nosotros.


En aflicción y con trabajos forzados Judá marchó al exilio. Habita entre las naciones sin encontrar reposo. Todos sus perseguidores la acosan, la ponen en aprietos.


Ha hecho que mi carne y mi piel envejezcan; me ha quebrantado los huesos.


Por más que grito y pido ayuda, él rechaza mi oración.


No me invocan de corazón, sino que se lamentan echados en sus camas. Para obtener grano y vino nuevo se laceran y se ponen en mi contra.


y luego tomaron los huesos y los enterraron a la sombra del tamarisco de Jabés. Después de eso guardaron siete días de ayuno.


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