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Salmos 27:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién me asustará?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Amparo de mi vida es el Señor, ¿ante quién temblaré?

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 De David. YHVH es mi luz y mi salvación, ¿De quién temeré? YHVH es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 De David. El Señor es mi luz y mi socorro, ¿de quién he de temer? El Señor es el alcázar de mi vida, ¿de quién he de temblar?

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Salmos 27:1
45 Referans Kwoze  

Su lámpara alumbraba sobre mi cabeza y por su luz podía andar entre tinieblas.


En el Señor hallo refugio. ¿Cómo se atreven a decirme: «Huye al monte como las aves»?


¡Te daré gracias porque me respondiste, porque eres mi salvación!


El Señor está conmigo y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?


Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida; tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas.


Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército; contigo, Dios mío, podré asaltar murallas.


¡El Señor vive! ¡Alabada sea mi Roca! ¡Exaltado sea el Dios de mi salvación!


Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis meditaciones oh Señor, mi roca y mi redentor.


Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah


Tú eres mi Dios y mi fortaleza: ¿Por qué me has rechazado? ¿Por qué debo andar afligido y oprimido por el enemigo?


Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi refugio, ¡jamás caeré!


Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi refugio, ¡no caeré!


El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor no niega sus bondades a los que se conducen con integridad.


El Señor es mi fuerza y mi canción; ¡él es mi salvación! Él es mi Dios y lo alabaré; es el Dios de mi padre y lo enalteceré.


¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!».


¡Ven, pueblo de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!


Ellos dirán de mí: “Solo en el Señor están la justicia y el poder”». Todos los que contra él se enfurecieron ante él comparecerán y quedarán avergonzados.


Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema o una novia adornada con sus joyas.


Pero el Señor está conmigo como un guerrero poderoso; por eso los que me persiguen caerán y no podrán prevalecer, fracasarán y quedarán avergonzados. Eterna será su deshonra; jamás será olvidada.


Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros bien alimentados.


—Hombres de poca fe —contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.


Porque han visto mis ojos tu salvación,


Y toda humanidad verá la salvación de Dios”».


Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo.


Una vez más Jesús se dirigió a la gente y dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.


¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?


pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.


Pero no les temas; recuerda bien lo que el Señor tu Dios hizo contra el faraón y contra todo Egipto.


No te asustes ante ellos, pues el Señor tu Dios, el Dios grande y temible, está contigo.


Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.


Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda, no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?».


La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.


Ya no habrá noche; no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará. Y reinarán por los siglos de los siglos.


Proclamaban a gran voz: «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!».


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