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Salmos 24:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 Solo el de manos limpias y corazón puro, el que no adora ídolos vanos ni jura por dioses falsos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Solo los de manos limpias y corazón puro, que no rinden culto a ídolos y nunca dicen mentiras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El de manos limpias y de puro corazón, el que no pone su alma en cosas vanas ni jura con engaño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 El limpio de manos y puro de corazón, El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni ha jurado con engaño.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 El que tiene manos limpias y puro el corazón; que a lo vano no eleva sus deseos ni jura con perfidia.

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Salmos 24:4
32 Referans Kwoze  

Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande y que toda inclinación de su corazón tendía siempre hacia el mal,


La gente justa se aferra a su camino; los de manos limpias aumentan su fuerza.


Aunque me bañe con jabón y me limpie las manos con lejía,


Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.


que desprecia al que Dios reprueba, pero honra al que teme al Señor; al que cumple lo prometido aunque salga perjudicado;


El Señor me ha pagado conforme a mi justicia; me ha premiado conforme a la limpieza de mis manos.


A ti, Señor, elevo mi alma;


Con manos limpias e inocentes camino, Señor, en torno a tu altar,


Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu firme dentro de mí.


Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu de obediencia me sostenga.


En verdad, ¡cuán bueno es Dios con Israel, con los de corazón puro!


¿Quién puede afirmar: «Tengo puro el corazón; estoy limpio de pecado»?


Jerusalén, limpia de maldad tu corazón para que seas salvada. ¿Hasta cuándo hallarán lugar en ti los pensamientos perversos?


Aunque juran diciendo: “Tan cierto como que el Señor vive”, de hecho, juran con falsedad».


»No participa de los banquetes idolátricos en los cerros ni eleva plegarias a los ídolos de Israel. Tampoco deshonra a la mujer de su prójimo.


No come en los santuarios de los montes ni eleva plegarias a los ídolos de Israel. No deshonra a la mujer de su prójimo ni se une a la mujer en los días de su menstruación.


«De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus jornaleros; contra los que oprimen a las viudas, a los huérfanos y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor de los Ejércitos—.


Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.


—Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres mortales como ustedes. Las buenas noticias que anunciamos son que dejen estas cosas sin valor y se vuelvan al Dios viviente, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.


Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por la fe.


Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.


De lo contrario, cuando levanten los ojos y vean todo el ejército del cielo —es decir, el sol, la luna y las estrellas—, pueden sentirse tentados a postrarse ante ellos y adorarlos. Esos astros se los ha dado el Señor, el Dios de ustedes, a todas las naciones que están debajo del cielo.


para los inmorales y los que practican la homosexualidad, para los traficantes de esclavos, los mentirosos y los que juran con falsedad. En fin, la Ley es para todo lo que está en contra de la sana doctrina


Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con santidad, sin enojos ni contiendas.


Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes, los indecisos, purifiquen su corazón!


Nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino solo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.


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