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Salmos 20:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 Ellos se doblegan y caen, pero nosotros nos levantamos y nos mantenemos firmes.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Ellos flaquean y caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Esas naciones se derrumbarán y caerán, pero nosotros nos levantaremos y estaremos firmes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ellos tropiezan y caen, mientras nosotros nos levantamos y nos recuperamos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Ellos flaquean y caen, Pero nosotros nos levantamos y estamos firmes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Los unos con sus carros, los otros con caballos, nosotros invocando el nombre del Señor, nuestro Dios.

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Salmos 20:8
17 Referans Kwoze  

Has enviado a tus mensajeros a insultar al Señor, diciendo: “Con mis numerosos carros de combate escalé las cumbres de las montañas, las laderas del Líbano. Talé sus cedros más altos, sus cipreses más selectos. Alcancé sus refugios más lejanos, y sus bosques más frondosos.


Asá le salió al encuentro en el valle de Sefata y tomó posiciones cerca de Maresá.


Allí Asá invocó al Señor su Dios y dijo: «Señor, solo tú puedes ayudar al débil contra el poderoso. ¡Ayúdanos, Señor y Dios nuestro, porque en ti confiamos y en tu nombre hemos venido contra esta multitud! ¡Tú, Señor, eres nuestro Dios! ¡No permitas que ningún mortal se alce contra ti!».


En realidad, sentí vergüenza de pedirle al rey que nos enviara un pelotón de caballería para que nos protegiera de los enemigos, ya que le habíamos dicho al rey que la mano de Dios protege a todos los que confían en él, pero que Dios descarga su poder y su ira contra quienes lo abandonan.


Nuestra ayuda está en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.


Los que confían en el Señor son como el monte Sión: jamás caerá y permanece para siempre.


No se salva el rey por sus muchos soldados ni por su mucha fuerza se libra el valiente.


Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar.


Se alista al caballo para el día de la batalla, pero la victoria depende del Señor.


«Yo sanaré su rebeldía y los amaré de pura gracia, porque mi ira contra ellos se ha calmado.


Enemiga mía, no te alegres de mi mal. Aunque haya caído me levantaré. Aunque vivo en tinieblas el Señor es mi luz.


Salieron con sus ejércitos, caballos y carros de guerra. Eran tan numerosos que parecían arena a la orilla del mar.


»¡Así perezcan todos tus enemigos, oh Señor! Pero los que te aman sean como el sol cuando sale en todo su esplendor». Entonces el país tuvo paz durante cuarenta años.


David contestó: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los Ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien has desafiado.


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