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Salmos 19:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

12 ¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los que no estoy consciente!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 ¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero, ¿quién repara en sus deslices? Límpiame de los que se me escapan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¿Quién discernirá sus propios errores? Declárame inocente de los que me son ocultos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Iluminan a tu siervo y en su guarda hay gran provecho.

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Salmos 19:12
19 Referans Kwoze  

»Instrúyanme y me quedaré callado; muéstrenme en qué estoy equivocado.


Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento.


Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que no puedo entenderlo.


Muchos males me han rodeado; tantos son que no puedo contarlos. Me han alcanzado mis iniquidades y ya ni puedo ver. Son más que los cabellos de mi cabeza y mi corazón desfallece.


Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.


Cuando nuestras iniquidades y nuestros delitos nos abrumaban, tú los perdonaste.


Ante ti has puesto nuestras maldades; a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos.


El Señor dijo a Moisés: «Sube a encontrarte conmigo en el monte y quédate allí. Voy a darte las tablas de piedra con la Ley y los mandamientos que he escrito para guiarlos en la vida».


Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa.


Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.


Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?


Porque aunque la conciencia no me remuerde, no por eso quedo absuelto; el que me juzga es el Señor.


¡Ojalá tuvieran un corazón inclinado a temerme y cumplir todos mis mandamientos para que a ellos y a sus hijos siempre les vaya bien!


Tengan, pues, cuidado de hacer lo que el Señor su Dios ha mandado; no se desvíen ni a la derecha ni a la izquierda.


Pero en la segunda parte entra únicamente el sumo sacerdote, y solo una vez al año, provisto siempre de sangre que ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia cometidos por el pueblo.


Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.


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