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Salmos 17:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 Protégeme como a la niña de tus ojos, escóndeme bajo la sombra de tus alas

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Biblia Reina Valera 1960

8 Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuídame como cuidarías tus propios ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Guárdame como a la niña de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Guárdame como a la niña de tus ojos, Escóndeme a la sombra de tus alas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,

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Salmos 17:8
16 Referans Kwoze  

Protégeme, oh Dios, porque en ti busco refugio.


¡cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.


Se sacian de la abundancia de tu casa; les das a beber en el río de tus delicias.


Ten piedad de mí, oh Dios; ten piedad de mí, pues en ti me refugio. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro.


Clamo al Dios Altísimo, al Dios que me brinda su apoyo.


Anhelo habitar en tu santuario para siempre y refugiarme debajo de tus alas. Selah


Tú, oh Dios, has aceptado mis promesas y me has dado la herencia de quienes honran tu nombre.


A la sombra de tus alas canto de alegría, porque tú eres mi ayuda.


El que habita al abrigo del Altísimo descansará a la sombra del Todopoderoso.


pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. Su verdad será tu escudo y tu baluarte.


Cumple con mis mandamientos, y vivirás; cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos.


»Porque así dice el Señor de los Ejércitos, cuya gloria fui enviado a buscar entre las naciones que los despojaron a ustedes: “La nación que toca a mi pueblo, toca la niña de mis ojos.


»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!


»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!


Lo halló en una tierra desolada, en la rugiente soledad del yermo. Lo protegió y lo cuidó; lo guardó como a la niña de sus ojos;


¡Que el Señor te recompense por lo que has hecho! Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te lo pague con creces.


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