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Salmos 141:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 No permitas que mi corazón se incline a la maldad ni que sea yo cómplice de iniquidades; no me dejes participar de banquetes en compañía de malhechores.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer obras impías Con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 No permitas que me deslice hacia el mal ni que me involucre en actos perversos. No me dejes participar de los manjares de quienes hacen lo malo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Mi corazón no inclines a obras malas, que en negocios oscuros no me meta con los que hacen el mal. ¡No me dejes probar sus golosinas!

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 No permitas que mi corazón se incline a cosa mala, Para hacer obras perversas con hombres malhechores. No seré comensal en sus banquetes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 No me dejes tender a la maldad ni, con hombres malvados, ocuparme en acciones criminales: no me alimente yo de sus delicias.

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Salmos 141:4
21 Referans Kwoze  

Jacob fue a buscar los cabritos, se los llevó a su madre y ella preparó el guiso tal como le gustaba a su padre.


Pero el hombre de Dios respondió al rey: —Aunque usted me diera la mitad de sus posesiones, no iría a su casa. Aquí no comeré pan ni beberé agua,


»Y aquel espíritu respondió: “Saldré y seré un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas”. Entonces el Señor ordenó: “Ve y hazlo así, que tendrás éxito en seducirlo”.


Que incline nuestro corazón hacia él, para que sigamos todos sus caminos y cumplamos los mandamientos, estatutos y leyes que les dio a nuestros antepasados.


Inclina mi corazón hacia tus mandatos y no hacia las ganancias deshonestas.


No me arrastres con los malvados, con los que hacen iniquidad, con los que hablan de paz con su prójimo, pero en sus corazones planean maldad.


¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te temamos? Vuelve por amor a tus siervos, por las tribus que son tu herencia.


las cuales los invitaban a participar en los sacrificios a sus dioses. Los israelitas comían de esos sacrificios y se postraban ante esos dioses.


Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”.


En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.


No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».


Por tanto, el Señor añade: «¡Salgan de en medio de ellos y apártense! No toquen nada impuro y yo los recibiré».


Pero Sijón, rey de Hesbón, se negó a dejarnos pasar por allí, porque el Señor nuestro Dios había puesto obstinación en su espíritu y lo había puesto terco, para hacerlo súbdito nuestro, como lo es hasta hoy.


Pero hasta este día el Señor no les ha dado mente para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.


Que nadie al ser tentado diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie.


Luego oí otra voz del cielo que decía: «Salgan de ella, pueblo mío, para que no sean cómplices de sus pecados ni los alcance ninguna de sus plagas;


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