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Salmos 134:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Bendigan al Señor todos ustedes sus siervos, que de noche permanecen en la casa del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Mirad, bendecid a Jehová, Vosotros todos los siervos de Jehová, Los que en la casa de Jehová estáis por las noches.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Alaben al Señor, todos ustedes, siervos del Señor, que sirven de noche en la casa del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Ea, vamos! Bendigan al Señor todos los servidores del Señor, los que sirven en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cántico gradual. Mirad, bendecid a YHVH, Vosotros todos los siervos de YHVH, Los que en la Casa de YHVH estáis por las noches.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Canto gradual. Bendecid ahora al Señor, los servidores todos del Señor. Los que estáis en las noches en la casa del Señor,

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Salmos 134:1
32 Referans Kwoze  

Los porteros y sus hijos estaban encargados de custodiar la entrada de la Tienda que se usaba como Templo del Señor.


Durante la noche, montaban guardia alrededor del Templo de Dios y en la mañana abrían sus puertas.


También había cantores que eran jefes de familias patriarcales de los levitas, los cuales vivían en las habitaciones del Templo. Estos estaban exentos de cualquier otro servicio, porque de día y de noche tenían que ocuparse de su ministerio.


Así que, hijos míos, no sean negligentes, pues el Señor los ha escogido a ustedes para que estén en su presencia, le sirvan, sean sus ministros y le quemen incienso».


»Ocupen sus puestos en el santuario, conforme a las familias patriarcales de sus hermanos israelitas, de manera que a cada grupo de familias del pueblo corresponda un grupo de levitas.


Bacbuquías y Uni, sus hermanos, se colocaban frente a ellos en los servicios.


Bendigan al Señor, todos sus ejércitos, siervos suyos que cumplen su voluntad.


¡Aleluya! Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor.


En mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió.


A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?


Yo me alegré con los que me dijeron: «Vamos a la casa del Señor».


Hacia ti dirijo la mirada, hacia ti, cuyo trono está en el cielo.


Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte —que lo repita ahora Israel—,


Los que confían en el Señor son como el monte Sión: jamás caerá y permanece para siempre.


Cuando el Señor hizo volver a Sión a los cautivos, nos parecía estar soñando.


Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.


Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos.


Mucho me han angustiado desde mi juventud —que lo repita ahora Israel—,


A ti, Señor, elevo mi clamor desde lo más profundo de mi ser.


Espero al Señor con toda el alma, más que los centinelas la mañana. Como esperan los centinelas la mañana,


Señor, mi corazón no es orgulloso ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas ni proezas que excedan a mis fuerzas.


Señor, acuérdate de David y de todas sus penurias.


¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!


Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que de corazón camina por tus sendas.


Así que siete días con sus noches se quedarán a la entrada de la Tienda de reunión, cumpliendo con lo que el Señor ha ordenado, para que no mueran. Así me lo ha mandado el Señor».


y luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro. Nunca salía del Templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones.


En aquel tiempo, el Señor designó a la tribu de Leví para llevar el arca del pacto y estar en su presencia; además, para ministrar y pronunciar bendiciones en su nombre, como hasta hoy lo hace.


Y del trono salió una voz que decía: «¡Alaben ustedes a nuestro Dios, todos sus siervos, grandes y pequeños, quienes con reverente temor le sirven!».


Por eso están delante del trono de Dios, y día y noche le sirven en su templo; el que está sentado en el trono les dará refugio con su presencia.


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