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Salmos 123:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad. Estamos cansados de tanto desprecio,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros, Porque estamos muy hastiados de menosprecio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Ten misericordia de nosotros, Señor, ten misericordia, porque ya estamos hartos de tanto desprecio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad, porque estamos saturados de desprecios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ¡Ten misericordia de nosotros, oh YHVH! ¡Ten misericordia de nosotros! Porque estamos saturados de desprecios;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Ten piedad, oh Señor, ten piedad de nosotros, pues harto hemos tenido de desprecios.

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Salmos 123:3
17 Referans Kwoze  

Sucedió que al entrar el arca del Señor a la Ciudad de David, la hija de Saúl, Mical, se asomó a la ventana y, cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del Señor, sintió por él un profundo desprecio.


Y estos dijeron a Isaías: «Así dice Ezequías: “Hoy es un día de angustia, castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de nacer y no se tienen fuerzas para darlos a luz.


Mis huéspedes y mis criadas me ven como a un extraño, me miran como a un desconocido.


Responde a mi clamor, Dios de mi justicia. Dame alivio cuando esté angustiado, apiádate de mí y escucha mi oración.


Ten piedad de mí, oh Dios; ten piedad de mí, pues en ti me refugio. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro.


Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado y no lo estimamos.


¡Que dé la otra mejilla a quien lo hiera, y quede así cubierto de deshonra!


Nunca más te haré oír el ultraje de las naciones; no tendrás que volver a soportar los insultos de los pueblos, ni serás causa de tropiezo para tu nación, afirma el Señor y Dios”».


Por eso, profetiza acerca de la tierra de Israel. Adviérteles a los montes y a las colinas, a los canales de los ríos y a los valles, que así dice el Señor y Dios: “En mi celo y en mi furor he hablado, porque ustedes han sufrido la deshonra de las naciones.


Oían todo esto los fariseos, a quienes les encantaba el dinero, y se burlaban de Jesús.


La gente, por su parte, se quedó allí observando, y aun los gobernantes estaban burlándose de él. —Salvó a otros —decían—; que se salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el Escogido.


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