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Salmos 123:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Hacia ti dirijo la mirada, hacia ti, cuyo trono está en el cielo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 A ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Levanto mis ojos a ti, oh Dios, entronizado en el cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 A ti he elevado mis ojos, a ti que habitas en los cielos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cántico gradual. A ti alzo mis ojos, A ti, que estás sentado en los cielos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Canto gradual. A ti alzo mis ojos, el que moras en los cielos.

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Salmos 123:1
25 Referans Kwoze  

Oye la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Oye desde el cielo, donde habitas; escucha y perdona.


El Señor está en su santo Templo, en los cielos tiene el Señor su trono y atentamente observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina.


Nuestro Dios está en los cielos y puede hacer todo cuanto quiere.


En mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió.


A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?


Yo me alegré con los que me dijeron: «Vamos a la casa del Señor».


Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte —que lo repita ahora Israel—,


Los que confían en el Señor son como el monte Sión: jamás caerá y permanece para siempre.


Cuando el Señor hizo volver a Sión a los cautivos, nos parecía estar soñando.


Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.


Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos.


Mucho me han angustiado desde mi juventud —que lo repita ahora Israel—,


A ti, Señor, elevo mi clamor desde lo más profundo de mi ser.


Señor, mi corazón no es orgulloso ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas ni proezas que excedan a mis fuerzas.


Señor, acuérdate de David y de todas sus penurias.


¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!


Bendigan al Señor todos ustedes sus siervos, que de noche permanecen en la casa del Señor.


Por eso tengo los ojos puestos en ti, mi Señor y Dios, en ti busco refugio; no me dejes morir.


El que está en el trono de los cielos se ríe; el Señor se burla de ellos.


Mis ojos están puestos siempre en el Señor, pues solo él puede sacarme de la trampa.


Porque lo dice el Alto y Excelso, el que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.


Así dice el Señor: «El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa me pueden construir? ¿Dónde estará el lugar de mi reposo?


»Ustedes deben orar así: »“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.


En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”.


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