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Salmos 119:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

16 En tus estatutos hallo mi deleite y jamás olvidaré tu palabra.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras. Guímel

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Me deleitaré en tus decretos y no olvidaré tu palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 En tus preceptos me deleitaré, jamás me olvidaré de tus palabras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Me deleitaré en tus estatutos, No me olvidaré de tu palabra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 En tus leyes me complazco: jamás me olvidaré de tu palabra.

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Salmos 119:16
24 Referans Kwoze  

sino que en la Ley del Señor se deleita y día y noche medita en ella.


Mi vida pende de un hilo, pero no me olvido de tu Ley.


En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.


Me regocijo en el camino de tus mandatos más que en todas las riquezas.


Soy insignificante y despreciado, pero no me olvido de tus preceptos.


Angustia y aflicción han caído sobre mí, pero tus mandamientos son mi regocijo.


Considera mi aflicción, y líbrame, pues no me he olvidado de tu Ley.


Yo, Señor, anhelo tu salvación. Tu Ley es mi regocijo.


Cual oveja perdida me he extraviado; ven en busca de tu siervo, porque no he olvidado tus mandamientos.


Tus mandatos son mi regocijo; son también mis consejeros.


Dirígeme por la senda de tus mandamientos, porque en ella encuentro mi solaz.


Me deleito en tus mandamientos, porque los amo.


Aunque los lazos de los malvados me aprisionen, yo no me olvido de tu Ley.


El corazón de ellos es torpe e insensible, pero yo me regocijo en tu Ley.


Que venga tu misericordia a darme vida, porque en tu Ley me regocijo.


Parezco un odre ennegrecido por el humo, pero no me olvido de tus estatutos.


Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu Ley la llevo dentro de mí».


Cuando se hace justicia, se alegra el justo y tiembla el malhechor.


Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.


Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios de los Ejércitos.


Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la Ley de Dios;


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