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Salmos 112:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

7 No temerá recibir malas noticias; su corazón estará firme, confiado en el Señor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ellos no tienen miedo de malas noticias; confían plenamente en que el Señor los cuidará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 No tiene miedo a las malas noticias, pues en su corazón confía en el Señor;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 m No tendrá temor de malas noticias, n Su corazón está firme, confiado en YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Mem. No tendrá que temer de malas nuevas: Nun. su corazón seguro confía en el Señor.

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Salmos 112:7
20 Referans Kwoze  

entonces podrás llevar la frente en alto y mantenerte firme y libre de temor.


El Señor está conmigo y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?


Busqué al Señor y él me respondió; me libró de todos mis temores.


¿Temeré a los que confían en sus riquezas y se jactan de sus muchas posesiones?


Firme está, oh Dios, mi corazón; firme está mi corazón. ¡Voy a cantarte y entonarte salmos!


Oh, pueblo, confía en él siempre, derrama ante él tu corazón, pues Dios es nuestro refugio. Selah


Que se regocijen en el Señor los justos; que busquen refugio en él; ¡que lo alaben todos los de corazón sincero!


Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal».


Sadrac, Mesac y Abednego respondieron: —Rey Nabucodonosor, no hace falta que nos defendamos ante usted.


Si se mantienen firmes, se salvarán.


Cuando sepan de guerras y de revoluciones, no se asusten. Es necesario que eso suceda primero, pero el fin no vendrá enseguida.


»No se angustien. Confíen en Dios y confíen también en mí.


Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.


—¿Por qué lloran? ¡Me parten el alma! —respondió Pablo—. Por el nombre del Señor Jesús estoy dispuesto no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén.


Así que ¡ánimo, señores! Confío en Dios que sucederá tal y como se me dijo.


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