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Salmos 104:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 ¡Bendice, alma mía, al Señor! Señor mi Dios, tú eres grandioso; te has revestido de gloria y majestad.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido; Te has vestido de gloria y de magnificencia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Que todo lo que soy alabe al Señor. ¡Oh Señor mi Dios, eres grandioso! Te has vestido de honor y majestad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Bendice al Señor, alma mía! ¡Eres muy grande, oh Señor, mi Dios, vestido de gloria y majestad,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Bendice alma mía a YHVH. ¡Oh YHVH, Dios mío, cuánto te has engrandecido! Te has revestido de gloria y majestad,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Bendice, alma mía, al Señor.

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Salmos 104:1
16 Referans Kwoze  

Bendigan al Señor, todas sus obras en todos los ámbitos de su dominio. ¡Bendice, alma mía, al Señor!


Que desaparezcan de la tierra los pecadores y que los malvados dejen de existir. ¡Bendice, alma mía, al Señor! ¡Aleluya!


Grande es el Señor y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable.


¡Sálvame, Señor mi Dios, porque en ti busco refugio! ¡Líbrame de todos mis perseguidores!


El Señor reina, revestido de esplendor; el Señor se ha revestido de grandeza y ha desplegado su poder. Ha establecido el mundo con firmeza; jamás caerá.


Porque el Señor es el gran Dios, el gran Rey sobre todos los dioses.


El esplendor y la majestad son sus heraldos; hay poder y belleza en su santuario.


Se puso la justicia como coraza y se cubrió la cabeza con el casco de la salvación; se vistió con ropas de venganza y se envolvió en el manto de sus celos.


«¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo?», afirma el Señor. «¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?», afirma el Señor.


»Mientras yo observaba esto, »se colocaron unos tronos y tomó asiento un Anciano de días. Su ropa era blanca como la nieve, y su cabello, blanco como la lana. Su trono con sus ruedas centelleaban como el fuego.


»Esta fue la oración y confesión que hice al Señor: »“Señor, Dios grande y temible, que cumples tu pacto de fidelidad con los que te aman y obedecen tus mandamientos:


¿No eres tú, Señor, desde la eternidad? ¡Tú, mi Dios, mi santo, no morirás! Tú, Señor, los has puesto para hacer justicia; tú, mi Roca, los has puesto para ejecutar tu castigo.


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