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Salmos 102:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Escucha, Señor, mi oración; llegue a ti mi clamor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Señor, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Señor, escucha mi plegaria, que mis gritos lleguen hasta ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Oración de un afligido que desmaya, y en presencia de YHVH derrama su querella. ¡Oh YHVH, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Oración del afligido cuando, desfalleciente, derrama su queja delante del Señor.

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Salmos 102:1
28 Referans Kwoze  

Después los sacerdotes y los levitas se pusieron de pie, bendijeron al pueblo y Dios los escuchó. Su oración llegó hasta el cielo, el santo lugar donde Dios habita.


«Por la aflicción de los oprimidos y por el gemido del pobre, voy a levantarme», dice el Señor, «y los pondré a salvo de quienes los oprimen».


Ya no me queda aliento; dentro de mí siento paralizado el corazón.


Respóndeme pronto, Señor, que el aliento se me escapa. No escondas de mí tu rostro o seré como los que bajan a la fosa.


Cumple los deseos de quienes le temen; atiende a su clamor y los salva.


En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios por ayuda. Él me escuchó desde su Templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!


»Señor, escucha mi oración, atiende a mi clamor; no te desentiendas de mi llanto. Ante ti soy un extranjero, alguien que está de paso, como todos mis antepasados.


Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración.


Presta atención a mis súplicas, Rey mío y Dios mío, porque a ti yo oro.


Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca que es más alta que yo.


Oh, pueblo, confía en él siempre, derrama ante él tu corazón, pues Dios es nuestro refugio. Selah


Me acuerdo de Dios y me lamento; medito en él y mi espíritu desfallece. Selah


Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios,


Te cubriste con una nube para no escuchar nuestra oración.


Por más que grito y pido ayuda, él rechaza mi oración.


Pero como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.


En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue escuchado por su temor reverente.


Entonces se deshicieron de los dioses extranjeros que había entre ellos y adoraron al Señor. Y el Señor no pudo soportar más el sufrimiento de Israel.


«Mañana, a esta hora, te voy a enviar un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás como gobernante de mi pueblo Israel, para que lo libre del poder de los filisteos. Me he compadecido de mi pueblo, pues sus gritos de angustia han llegado hasta mí».


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