Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Romanos 8:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

16 El Espíritu mismo asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

16 El Espíritu asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

16 El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.

Gade chapit la Kopi




Romanos 8:16
27 Referans Kwoze  

»Con todo, los israelitas serán tan numerosos como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el mismo lugar donde se les llamó Loamí, se les llamará “hijos del Dios viviente”.


Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.


ni tampoco podrán morir, pues serán como los ángeles. Son hijos de Dios porque toman parte en la resurrección.


Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios.


Nosotros somos testigos de estos acontecimientos, y también lo es el Espíritu Santo que Dios ha dado a quienes le obedecen.


Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.


La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios,


Y no solo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo.


Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.


«Y sucederá que en el mismo lugar donde se les dijo: “Ustedes no son mi pueblo”, serán llamados “hijos del Dios viviente”».


En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientes naturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la promesa.


Para nosotros, el motivo de satisfacción es el testimonio de nuestra conciencia: Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la santidad y sinceridad que vienen de Dios. Nuestra conducta no se ha ajustado a la sabiduría humana, sino a la gracia de Dios.


nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón como garantía de sus promesas.


Es Dios quien nos ha hecho para este fin y nos ha dado su Espíritu como garantía de sus promesas.


Y: «Yo seré un Padre para ustedes y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso».


Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús,


Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!».


En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido.


No agravien al Espíritu Santo de Dios con el que fueron sellados para el día de la redención.


Eres hijo del Señor tu Dios. No te hagas cortes en la piel ni te rapes la cabeza en honor de un muerto,


¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente, porque no lo conoció a él.


Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios, como tampoco lo es el que no ama a su hermano.


Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es.


De esta forma sabemos que permanecemos en él y que él permanece en nosotros: porque nos ha dado de su Espíritu.


El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.


El que salga vencedor heredará todo esto y yo seré su Dios y él será mi hijo.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite