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Romanos 4:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras:

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 David también habló de lo mismo cuando describió la felicidad de los que son declarados justos sin hacer esfuerzos para lograrlo:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Así David felicita al que Dios cuenta entre los justos sin que sea el fruto de sus obras:

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Como también David declara la bienaventuranza del hombre al cual Dios atribuye justicia sin obras,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 En este sentido, también David proclama dichoso al hombre al que Dios imputa justicia, con independencia de las obras:

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Romanos 4:6
31 Referans Kwoze  

¡Aleluya! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos.


No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse tú la refutarás. Esta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede», afirma el Señor.


Porque así dice el Señor acerca de la casa real de Judá: «Para mí, tú eres como Galaad y como la cima del Líbano; ciertamente te convertiré en un desierto, en ciudades deshabitadas.


En aquellos días Judá será salvo y Jerusalén morará segura. Y será llamada así: ‘El Señor es nuestra justicia’ ”».


»”Setenta semanas han sido decretadas para que tu pueblo y tu santa ciudad pongan fin a las transgresiones y pecados, pidan perdón por la maldad, establezcan para siempre la justicia, sellen la visión y la profecía y consagren el Lugar Santísimo.


»Después de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.


De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».


¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la obediencia de la Ley? No, sino por el de la fe.


Es más, cuando todavía no estaba circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que se le había tomado en cuenta por la fe. Por tanto, Abraham es padre de todos los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a estos se les toma en cuenta su fe como justicia.


sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor.


Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al impío, se le toma en cuenta la fe como justicia.


«¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones, cuyos pecados son cubiertos!


¿Acaso se ha reservado esta dicha solo para los que están circuncidados? ¿Acaso no es también para los no judíos? Hemos dicho que a Abraham se le tomó en cuenta su fe como justicia.


Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención;


Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.


Así sucedió para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.


Pues bien, ¿qué pasó con todo ese entusiasmo? Me consta que de haberles sido posible se habrían sacado los ojos para dármelos.


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.


¡Dichoso eres Israel! ¿Quién como tú, pueblo rescatado por el Señor? Él es tu escudo y tu ayuda; él es tu espada victoriosa. Tus enemigos se doblegarán ante ti; sus espaldas te servirán de tapete».


y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la Ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.


Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo;


Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras». Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras.


Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo han recibido una fe tan preciosa como la nuestra.


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