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Romanos 2:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

16 Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Y el mensaje que proclamo es que se acerca el día en que Dios juzgará, por medio de Cristo Jesús, la vida secreta de cada uno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 el día en que Dios juzgue lo más íntimo de las personas por medio de Jesucristo. Es lo que dice mi Evangelio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 en el día en que Dios juzgue por medio de Jesús el Mesías los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Así se verá el día en que, según mi evangelio, Dios juzgue las interioridades de los hombres por medio de Cristo Jesús.

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Romanos 2:16
31 Referans Kwoze  

¡Lejos de ti el hacer tal cosa! ¿Matar al justo junto con el malvado y que ambos sean tratados de la misma manera? ¡Jamás hagas tal cosa! Tú, que eres el Juez de toda la tierra, ¿no harás justicia?


El cielo proclama la justicia divina: ¡Dios mismo es el juez! Selah


¡Canten delante del Señor porque ya viene! ¡Ya viene a juzgar la tierra! Y juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con fidelidad.


Canten delante del Señor, que ya viene a juzgar la tierra. Y juzgará al mundo con justicia, a los pueblos con equidad.


Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto.


Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto.


Pensé entonces: «Al justo y al malvado los juzgará Dios, pues hay un tiempo para toda obra y un lugar para toda acción».


Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.


Porque no hay nada escondido que no llegue a descubrirse ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente.


El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue. La palabra que yo he proclamado lo condenará en el día final.


Él nos mandó a predicar al pueblo y a dar solemne testimonio de que ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos.


Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha designado. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos.


Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo, según la revelación del misterio que durante largos siglos se mantuvo en secreto,


Pero por tu obstinación y por tu corazón sin arrepentimiento sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio.


¡De ninguna manera! Si así fuera, ¿cómo podría Dios juzgar al mundo?


Ahora, hermanos, quiero recordarles las buenas noticias que les prediqué, las mismas que recibieron y en las cuales se mantienen firmes.


Por lo tanto, no juzguen nada antes de tiempo; esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.


Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.


Quiero que sepan, hermanos, que las buenas noticias que yo predico no es invención humana.


enseñada por el glorioso evangelio que el Dios bendito me ha confiado.


No dejes de recordar a Jesucristo, descendiente de David, levantado de entre los muertos. Este es mi evangelio,


En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo:


Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.


Así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez y después venga el juicio,


Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.


Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la tentación a los que viven con devoción a Dios, y sabe también guardar a los injustos para castigarlos en el día del juicio.


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