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Romanos 10:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 No conociendo la justicia que proviene de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues no entienden la forma en que Dios hace justas a las personas ante él. Se niegan a aceptar el modo de Dios y, en cambio, se aferran a su propio modo de hacerse justos ante él tratando de cumplir la ley.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 No entienden cómo Dios nos da la verdadera rectitud y se empeñan en construir la suya, y por esta razón no hicieron caso del camino de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque ignorando la justicia de Dios, e intentando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 No reconocen que la justicia viene de Dios y procuran establecer la suya propia, de modo que no se han sometido a esa justicia de Dios.

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Romanos 10:3
34 Referans Kwoze  

Tú has sido justo en todo lo que nos ha sucedido, porque actúas con fidelidad. Nosotros, en cambio, actuamos con maldad.


El hombre reconocerá públicamente: “He pecado, he pervertido la justicia, pero no recibí mi merecido.


Oh Dios, tú has hecho grandes cosas; tu justicia llega a las alturas. ¿Quién como tú, oh Dios?


«Ustedes, los que van tras la justicia y buscan al Señor, ¡escúchenme! Miren la roca de la que fueron tallados, la cantera de la que fueron extraídos.


Levanten los ojos al cielo, miren la tierra aquí abajo: como humo se esfumarán los cielos, como ropa se gastará la tierra y como moscas morirán sus habitantes. Pero mi salvación permanecerá para siempre, mi justicia nunca fallará.


porque la polilla se los comerá como ropa y el gusano los devorará como lana. Pero mi justicia permanecerá para siempre; mi salvación, por todas las generaciones».


Así dice el Señor: «Observen el derecho y practiquen la justicia, porque mi salvación está por llegar; mi justicia va a manifestarse.


Yo denunciaré tu justicia y tus obras, y de nada te servirán.


Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.


Por el gran amor del Señor no hemos sido consumidos y su compasión jamás se agota.


»”Setenta semanas han sido decretadas para que tu pueblo y tu santa ciudad pongan fin a las transgresiones y pecados, pidan perdón por la maldad, establezcan para siempre la justicia, sellen la visión y la profecía y consagren el Lugar Santísimo.


que me obligaron a enviarlos al país de sus enemigos— y abandonan su terquedad, se humillan y reconocen su pecado,


Pero él quería justificarse, así que preguntó a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?


Él les dijo: «Ustedes se justifican ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.


De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».


Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento.


Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé que me hallaran los que no me buscaban; me di a conocer a los que no preguntaban por mí».


¿Qué concluiremos? Pues que Israel no consiguió lo que tanto deseaba, pero sí lo consiguieron los elegidos. Los demás fueron endurecidos,


Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción,


Lo hizo para demostrar en el tiempo presente su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.


Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron hechos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán hechos justos.


Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.


Y si obedecemos fielmente todos estos mandamientos ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado, entonces seremos justos».


y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la Ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.


Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo han recibido una fe tan preciosa como la nuestra.


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