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Proverbios 30:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

5 »Toda palabra de Dios es purificada; Dios es escudo a los que en él buscan refugio.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Toda palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él esperan.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Toda palabra de Dios demuestra ser verdadera. Él es un escudo para todos los que buscan su protección.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Las palabras de Dios pasan cualquier prueba, son un escudo para los que confían en él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Toda palabra de Dios es limpia,° Él es escudo a los que lo esperan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Toda palabra de Dios es acrisolada; él es un escudo para los que se le entregan.

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Proverbios 30:5
17 Referans Kwoze  

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No tengas miedo, Abram. Yo soy tu escudo y muy grande será tu recompensa».


»El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que se refugian en él.


Tus promesas han superado muchas pruebas, por eso tu siervo las ama.


Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol.


Él es mi Dios amoroso, mi amparo, mi más alto escondite, mi libertador, mi escudo, en quien me refugio. Él es quien pone los pueblos a mis pies.


El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, la roca en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!


El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que se refugian en él.


Pues ¿quién es Dios sino el Señor? ¿Quién es la Roca sino nuestro Dios?


Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos.


Pero tú, Señor, eres el escudo que me protege; tú eres mi gloria; tú mantienes en alto mi cabeza.


El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor no niega sus bondades a los que se conducen con integridad.


Yo digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».


Él reserva el éxito para los íntegros y es escudo a los de conducta intachable.


Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado.


Concluimos, pues, que la Ley es santa y que el mandamiento es santo, justo y bueno.


En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura y además pacífica, respetuosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.


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