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Oseas 4:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Escuchen, israelitas, la palabra del Señor, porque el Señor entabla un pleito contra los habitantes del país: «Ya no hay en esta tierra fidelidad ni amor ni conocimiento de Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Escucha la palabra del Señor, oh pueblo de Israel! El Señor ha presentado cargos en tu contra, diciendo: «No hay fidelidad, ni bondad ni conocimiento de Dios en tu tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen lo que dice Yavé, hijos de Israel. Yavé tiene un pleito pendiente con la gente de esta tierra, porque no encuentra en su país ni sinceridad, ni amor, ni conocimiento de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Oíd el oráculo de YHVH, oh hijos de Israel! Porque YHVH tiene una contienda con los habitantes del país, Por cuanto no hay fidelidad ni misericordia, Ni conocimiento de Dios en la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad la palabra de Yahveh, hijos de Israel, porque Yahveh viene a querellarse contra los habitantes del país, porque no hay en ellos ni fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios.

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Oseas 4:1
44 Referans Kwoze  

Micaías prosiguió: —Por lo tanto, oiga usted la palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda.


No tendrás ningún dios extranjero, ni te postrarás ante ningún dios extraño.


¡Oigan la palabra del Señor, gobernantes de Sodoma! ¡Escuchen la instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra!


«Vengan, pongamos las cosas en claro», dice el Señor. «Aunque sus pecados sean como escarlata, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como la lana.


Por tanto, gobernantes insolentes de este pueblo de Jerusalén, escuchen la palabra del Señor:


Naciones, ¡acérquense a escuchar! Pueblos, ¡presten atención! ¡Que lo oiga la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y todo lo que él produce!


Porque el Señor celebra un día de venganza, un año de retribución para defender la causa de Sión.


«Y ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, juzguen entre mi viña y yo.


Nadie clama por la justicia; nadie va a juicio con integridad. Se confía en argumentos sin sentido y se mienten unos a otros. Conciben malicia y dan a luz perversidad.


No conocen la senda de la paz; no hay justicia alguna en su camino. Abren senderos tortuosos y el que anda por ellos no conoce la paz.


Escuchen la palabra del Señor, ustedes que tiemblan ante su palabra: «Así dicen sus hermanos que los odian y los excluyen por causa de mi nombre: “¡Que el Señor sea glorificado, para que veamos la alegría de ustedes!”. Pero ellos serán los avergonzados.


Desde el día en que hice salir a sus antepasados de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, una y otra vez he advertido: ‘Obedézcanme’.


Diles: “Reyes de Judá y habitantes de Jerusalén, escuchen la palabra del Señor. Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: ‘Voy a enviar tal calamidad sobre este lugar que a todo el que la oiga le quedará retumbando en los oídos.


¡Escuchen la palabra del Señor, descendientes de Jacob, todas las familias del pueblo de Israel!


»Por eso, aún voy a entablar un litigio contra ustedes, y también litigaré contra los hijos de sus hijos», afirma el Señor.


El estruendo llega hasta los confines de la tierra, porque el Señor litiga contra las naciones; enjuicia a todos los mortales y pasa por la espada a los malvados”», afirma el Señor.


»”No obstante, Sedequías, rey de Judá, escucha la promesa del Señor para ti. Así dice el Señor: ‘Tú no morirás a filo de espada,


«Mi pueblo es necio, no me conoce; son hijos insensatos que no tienen entendimiento. Son hábiles para hacer el mal; no saben hacer el bien».


Por eso la tierra estará de luto y los altos cielos se oscurecerán, pues ya lo dije y no me retractaré; lo he decidido y no me volveré atrás».


Entonces pensé: «Ellos son pobres e ignorantes, porque no conocen el camino del Señor ni las demandas de su Dios.


Israel y Judá no han sido abandonados por su Dios, el Señor de los Ejércitos, aunque su tierra está llena de culpa, delante del Santo de Israel.


«Desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.


Entonces dirás: “Esta es la nación que no ha obedecido la voz del Señor su Dios ni ha aceptado su corrección. La verdad ha muerto, ha sido arrancada de su boca.


Escuchen, mujeres, la palabra del Señor; reciban sus oídos la palabra de su boca. Enseñen a sus hijas a entonar endechas; que unas a otras se enseñen este lamento:


«Tensan su lengua como un arco; en el país prevalece la mentira, no la verdad, porque van de mal en peor y a mí no me conocen», afirma el Señor.


Por eso, así dice el Señor de los Ejércitos: «Voy a refinarlos, a ponerlos a prueba. ¿Qué más puedo hacer con mi pueblo?


»”Por tanto, prostituta, escucha la palabra del Señor.


El Señor tiene un pleito contra Judá: le hará pagar a Jacob todo lo que ha hecho; le dará lo que merecen sus obras.


Ya en el seno materno suplantó a su hermano y cuando se hizo hombre luchó con Dios.


»¡Oigan esto, sacerdotes! ¡Pongan atención, israelitas! ¡Escucha, casa real! ¡Contra ustedes es la sentencia! En Mizpa han sido ustedes una trampa; en el monte Tabor, una red tendida.


»Sus malas obras no les permiten volverse a su Dios; hay espíritu de prostitución en su interior que les impide reconocer al Señor.


¡Oigan esto, ancianos del pueblo! ¡Presten atención, habitantes todos del país! ¿Alguna vez sucedió cosa semejante en su tiempo o en el de sus antepasados?


Escuchen, israelitas, esta palabra que el Señor pronuncia contra ustedes, contra toda la familia que saqué de Egipto:


Así que oye la palabra del Señor. Tú dices: »“No profetices contra Israel; deja de predicar contra los descendientes de Isaac”.


Montañas, escuchen el pleito del Señor; presten atención, firmes cimientos de la tierra. Porque el Señor tiene un pleito contra su pueblo, presenta una acusación contra Israel:


aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco. Si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes; pero lo conozco y cumplo su palabra.


Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.


Vuelvan a su sano juicio, como conviene, y dejen de pecar. En efecto, hay algunos de ustedes que no tienen conocimiento de Dios; para vergüenza de ustedes lo digo.


»El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que salga vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte.


El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.


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