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Oseas 12:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 Luchó con el ángel, y lo venció; lloró y le rogó que lo favoreciera. Se lo encontró en Betel y allí habló con él;

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Biblia Reina Valera 1960

4 Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Sí, luchó con el ángel y venció. Lloró y clamó para que lo bendijera. Allá en Betel se encontró cara a cara con Dios, y Dios habló con él,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Ya en el seno materno suplantó a su hermano y, cuando era hombre, peleó con Dios. Luchó con el ángel, lo venció.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Luchó con el ángel y prevaleció; lloró, y alcanzó misericordia. En Bet-’El lo encontró, y allí habló con nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 En el seno materno suplantó a su hermano, y en su edad viril peleó con Dios.

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Oseas 12:4
18 Referans Kwoze  

Luego nació su hermano, agarrado con una mano del talón de Esaú. A este lo llamaron Jacob. Cuando nacieron los mellizos, Isaac tenía sesenta años.


quedándose solo. Entonces un hombre luchó con él hasta el amanecer.


Cuando este se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera y esta se le dislocó mientras luchaban.


Entonces dijo: —¡Suéltame, que ya está por amanecer! —¡No te soltaré hasta que me bendigas! —respondió Jacob.


—Y tú, ¿cómo te llamas? —preguntó Jacob. Él respondió: —¿Por qué preguntas cómo me llamo? Y en ese mismo lugar lo bendijo.


y al lugar donde Dios le había hablado lo llamó Betel.


Y los bendijo con estas palabras: «Que el Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi pastor desde el día en que nací hasta hoy,


Convirtió el mar en tierra seca, y el pueblo cruzó el río a pie. ¡Regocijémonos en él!


Si ellos se angustiaban, él también se angustiaba; el ángel de su presencia los salvó. En su amor y misericordia los rescató; los levantó y los llevó en los tiempos de antaño.


«Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí. De pronto vendrá a su Templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el mensajero del pacto, a quien ustedes desean» —dice el Señor de los Ejércitos.


Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.


En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue escuchado por su temor reverente.


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